Amparo Barbeta, Valencia

Sáqueme de dudas, ¿Emery esdrújula, o Emery aguda?

-Esdrújula.

Los jugadores dicen que usted es un enfermo del trabajo ¿me lo corrobora?

-Le dedico muchas horas, principalmente porque me gusta y lo hago muy a gusto. También porque la responsabilidad que tengo es muy alta, primero conmigo mismo, y luego con el Valencia.

Los números, entre otras cosas, demuestran que obtiene recompensa a su dedicación.

-Procuro fallar lo mínimo posible.

Aseguran que, antes de un partido y de un entrenamiento lo tiene todo hilvanado.

-Intento poner todo los medios antes para que el durante salga mejor. En un partido hay que prever muchas situaciones, como por ejemplo saber cómo le puedes hacer más daño al rival, prever cómo se puede defender y demás. Se trata de que los jugadores tengan respuestas a cada situación ofensiva y defensiva, aunque luego todo depende de los que están en el campo y de lo que el rival sea capaz de hacer.

¿Cree que el precio que paga por ello es demasiado alto?, me refiero a, de alguna manera, no poder compartir más horas con su familia.

-Sí, pero en todas las profesiones hay que dedicarle tiempo.

Un trabajo tan absorbente como este, ¿le permite desconectar?

-Es difícil sobre todo mentalmente y más jugando domingo y miércoles, ya que, cuando termina un partido ya tienes que estar preparando el siguiente. Hay que pensar en cómo planificar los entrenamientos acorde al partido que vas a jugar, saber con los jugadores que vas a contar, la posible alineación y un sinfín de cosas. Hasta en el supermercado estoy pensando en fútbol. Procuro tener alguna desconexión o un poco de libertad mental, pero es difícil.

Y entonces, ¿qué hace?

-Busco mecanismos de evasión hacia otras cosas.

Todos los aficionados tienen algo de entrenador, pero ¿en algún momento le sale a usted la vena de aficionado?

-Creo que no. Siempre me ha gustado ver fútbol y nunca me he dejado llevar porque ganara un equipo, ni incluso por la Real Sociedad. Me gustaba disfrutar del partido y conforme iba madurando me adentraba más en ello. Por ejemplo, iba a ver un Real Madrid-Manchester y me daba igual quien ganara, lo importante son otras cosas. Me gusta ver partidos en los que se pueden sacar conclusiones, en los que los jugadores o los entrenadores me digan algo, me enseñen.

¿Y con esa perspectiva puede disfrutar de un partido?

-Sí, claro. Disfruto porque me gusta mi profesión, es más, siempre llevo una hoja y un boli en el bolsillo para hacer anotaciones. A veces veo un partido y recuerdo uno nuestro y lo engarzo para sacar conclusiones inmediatas que luego puedo aplicar.

¿Imaginó cuando aterrizó aquí en verano que todo le iba a ir tan bien?

-Vine adaptándome a lo que había. No miro ni para atrás ni hacia adelante. Pensaba simplemente en trabajar. Ahora, en el ecuador, sí se puede hacer una pequeña valoración y creo que para el club es importante estar dónde estamos y considero que estamos capacitados para acabar entre los cuatro primeros. Podemos estar satisfechos del camino recorrido, aunque también lo podíamos haber hecho un poco mejor. Va a ser difícil mantener esta posición, pero hay que intentarlo con el trabajo diario y centrándonos en el partido más inmediato. En la Copa del Rey, estamos en cuartos y eso también merece una mención y en Uefa aún estamos vivos. Creo que estamos en el camino. También estoy satisfecho de la química que existe con el público, nos hace más fuertes ¿hay cosas mejorables? sí, como intentar ajustar un poco más la defensa y fuera de casa al equipo, pero trabajaremos en ello. Tras este ecuador, sólo miro a corto plazo y eso es el Sevilla.

Imagino que se habría hecho sus cuentas ¿se acercan a las actuales?

-Mis números eran competir y ahora estamos compitiendo en tres torneos por lo que, más o menos, se cumple. Quería llegar a estas fechas compitiendo y se ha cumplido. Buscamos objetivos acordes a lo que es el Valencia.

Vístase de futurólogo y dígame cómo acabará su equipo la liga.

Conforme avanza el campeonato aumenta la exigencia. En liga creo que estamos luchando por lo que merece el Valencia.

¿El Barça es de esta Liga?

-Está a otro nivel y eso tenemos que reconocerlo.

Dígame, en esta primera vuelta, qué es lo que más le ha gustado de sus rivales.

-La superioridad tan aplastante del Barcelona, la reacción del Real Madrid desde que ha llegado Juande y la facilidad con la que se han asentado en Primera Málaga, Sporting y Numancia..

Ofensivamente, el Valencia es letal, pero defensivamente es muy vulnerable ¿le desquicia este antagonismo? ¿falta solidaridad defensiva?

-Se me llamó por lo que había hecho hasta ahora y aunque me adapto a los jugadores esa es mi filosofía. El fútbol es un juego muy serio y el objetivo es ganar, pero el camino para lograr la victoria también es muy importante. Conseguir que el público disfrute y que a la gente le guste el espectáculo, es importante. Al final lo que hay que valorar es si se consigue o no los objetivos clasificatorios y si encima el público disfruta, mejor. Aún así, creo que todos, y digo todos, debemos mejorar en defensa.

¿Se siente fuerte o le han hecho sentirse fuerte?

-Las dos cosas. Siento que se me respalda y valora el trabajo que estamos haciendo. Me siento cómodo trabajando, cómodo con la responsabilidad y exigencia que tengo. Yo necesito confianza, autoridad y tranquilidad para poderlo trasmitir a los jugadores y creo que la tengo.

¿Qué porcentaje del éxito le corresponde a usted y qué parte a los jugadores?

-Lo más importante son los jugadores y lo que son capaces de dar. Lo que busco es armonizar el grupo e intentar sacar lo mejor de cada uno en beneficio del grupo.

¿No tiene miedo a que tanto elogio le haga perder la perspectiva?

-Es cierto que somos más vulnerables a los elogios que a las críticas. Procuro mantener un equilibrio ante los elogios para que, cuando llegan las críticas, no me afecten en exceso y nada me desvíe del trabajo. Si los elogios me generan confianza, bienvenidos sean, pero malo es si genera relajación.

¿Cómo maneja los elogios cuando se ensalza al entrenador y no a los jugadores?

-De todo intento hacer uno y a la inversa. Intento conseguir un equipo y estamos en el camino. Los protagonistas son los jugadores.

¿Ha conseguido ya hacer un equipo?

-Estamos en ello, pero quedan cosas y camino por recorrer.

¿Necesita más tiempo? ¿le gustaría liderar un proyecto más a largo plazo?

-Sí, pero los entrenadores somos de corto plazo, pero sí es verdad que con unas estructuras consolidadas en el rendimiento, confianza, tranquilidad y profesionalidad todo va mejor. La estabilidad ayuda a consolidarse pero está supeditado al rendimiento y resultados; también creo que con unas estructuras consolidadas el rendimiento está más cerca.

Hábleme de Carcedo, el entrenador a la sombra.

-Tenemos una relación profesional de tres años y valoro, por encima de la amistad, la profesionalidad y Carcedo es un gran profesional. Entre nosotros hay química, lo hablamos y razonamos todo.

Ha dado muestras de ser un buen psicólogo y llamémosle, recuperador de jugadores, ¿le falló el manual con Hildebrand?

-Los jugadores tienen que ser responsables y consecuentes. Timo no consiguió asentarse, al principio decía que moralmente estaba mal porque no había ido con la selección a la Eurocopa y yo le decía que debía abstraerse y centrarse en el equipo, luego cuando tomé la decisión de que no jugara un partido se le vino todo encima y se hundió. La decisión, entonces, no la tomé de forma caprichosa. Le invité un montón de veces a que se uniera a la plantilla pero él sólo pensaba en él. Bajó los brazos y se abandonó. Eso sí, directamente, nunca se negó a ser suplente ni a jugar, aunque lo comentó en el club. Le costó adaptarse a la situación...

¿Y con Helguera?

-Tenía que elevar su nivel de exigencia y ser constante. No entendía que jugara tan poco. Se llegó a un punto de desencuentro que la situación era irreconciliable.

¿Hubiera sido un error haber dejado marchar a Maduro?

-En verano había muchos jugadores y, en ese momento, era lo mejor para él. Decidió quedarse y con su trabajo se ha hecho un hueco. No preveía ni tantas salidas ni tantas lesiones.

Quería una plantilla corta y la ha conseguido, ¿no se quejará ahora?

-Creo en las plantillas cortas y el apoyo puntual de gente del filial.

¿Cómo es su relación con Oscar Fernández?, ¿sigue al filial?

-Hablo con Oscar, Cabello y Fernando, cuando puedo vengo a verlo y varios jugadores, de forma puntual, entrenan con nosotros para ir haciéndome una composición. El que llega al primer equipo es porque se lo merece y luego debe ganarse el continuar.

Impuso sus métodos en el vestuario desde el primer día y el equipo asumió con facilidad sus planteamientos, ¿fue por convencimiento del grupo o porque simplemente se dejaron llevar?

-Si uno no está convencido, no acepta. Procuro aportar material para que lleguen resultados y los jugadores se convencen si salen las cosas, llegan resultados y si el público está contento con ellos. Procuro dar pautas y entrenar adaptándome a ellos pero con una exigencia alta para que en campo sean ellos los que decidan. Me gusta ser dialogante, abrirme a ellos y saber lo que piensan para que no sean sólo meros ejecutores de lo que yo diga. Les enseño a que tomen decisiones, desde la confianza y una organización.

¿Es un generador de confianza?

-Esa es la palabra que utilizo en el vestuario. Con confianza uno se expresa mucho mejor, en todos los ámbitos de la vida. La confianza, además, debe ser recíproca.

Me da la sensación de que usted no sólo trasmite sino que contagia su confianza en el éxito del equipo, pero ¿también trasmite sus dudas?

-Cuando tengo dudas intento solucionarlas antes y cuando tomo la decisión voy a muerte con ella.

El domingo confesaba Manuel Pellegrini, en una entrevista en Levante-EMV, que no se tomaría un café ni con un jugador ni con un periodista ¿y usted?

-Me costaría mucho ir a tomar un café con un jugador, pero si el jugador sabe diferenciar los dos ámbitos no tendría ningún problema. Valoro mucho los pasos que doy.

"Nada justifica la muerte, ni los odios"

Da la sensación de que se esfuerza para que la fama no se le suba a la cabeza ¿lo consigue?

-Lo intento, pero es algo natural que uno no puede evitar. Procuro que no me afecte en el trabajo, porque sé que mantener esto debo tener un grado muy alto de exigencia en el trabajo

Ustedes son referentes para mucha gente, ¿por qué no adoptan un papel social más activo?

-Representamos a un club y este engloba a muchas ideologías por lo que no es bueno pronunciarse. Puedo tener mi opinión, pero me la guardo. Creo que debo mantenerme al margen de cualquier generador de divisiones.

Nos escandalizamos cuando Eta mata a una persona, pero parece que no se reacciona ante las constantes muertes por violencia de género, ¿nos estamos inmunizando ante este tipo asesinatos?

-Nada justifica la muerte ni los odios. No estoy capacitado para

pronunciarme. Mi lema es vive y deja vivir, por encima de todo.

¿Cómo le afecta la crisis a una persona que tiene su futuro blindado?

-Afecta al entorno e incluso al club le está afectando, pero ante eso hay personas preparadas para solucionarlo. Lo único que tengo claro es que vivimos en un mundo con demasiadas desigualdades y muy injusto.

Abre un periódico y qué busca.

-Antes lo leía absolutamente todo, página por página, pero con el tiempo lo he ido dejando porque el fútbol me absorbe prácticamente todo el tiempo. Ahora se me escapan cosas, sobre todo políticas, que antes no se me escapaban..

¿No lee el periódico para no leer criticas hacia usted?

-¡Ya estamos!. Es que leer opiniones sobre lo que he hecho.... Una cosa es informar y otra opinar. Hago filtros. La mejor inmunidad es no leer.