?Durante estos años, numerosos fueron los jugadores que conforme el frente se acercaba a sus ciudades, o éstas iban cayendo en manos del ejército franquista llegaron a Valencia buscando su seguridad y protección al estar alejada de la primera línea de combate. La mayoría de las veces, la situación en la que llegaban no eran las mejores. Por eso, no fueron extraños los partidos benéficos destinados a mejorar estas penurias económicas. De entre todos ellos, destaca el organizado el 10 de enero de 1937 en Sagunt, para ayudar económicamente al jugador Antonio "Pajarito" Emery, ex cancerbero del Real Unión de Irún, el cual, en sus años gloriosos ganó las Copa del Rey de las temporadas 1924 y 1927.

Este partido, disputado entre el Saguntino y una selección valenciana, finalizó con la victoria por tres goles a uno del equipo local, en el que jugó el mismo beneficiario quién, según rezan las crónicas, realizó un excelente partido.

Esta no es la única mención a Emery en estos duros años. Así, el 20 de mayo de 1937, junto a otros jugadores como Sierra y Dolz del Levante o Cuadrado y García del Hércules formó parte de una selección militar que en el campo de Vallejo se enfrentó en un partido benéfico al Gimnástico FC.

Paradojas del destino, setenta años después, su nieto Unai, está en el Valencia CF como entrenador.

Los futbolistas, afrontaron la situación bélica según los casos de maneras diametralmente contrarias. Así, encontramos ejemplos de generosidad, entrega, sacrificio e incluso de heroísmo por unos ideales. Pero también el oportunismo y la traición. Y por último, los que únicamente jugaron a fútbol.

Mayoría de republicanos

Por las circunstancias geográficas del conflicto, entre los jugadores o ex jugadores de los equipos valencianos la mayoría de ellos defendieron al bando republicano. Entre ellos destacamos a Ramón Balaguer, jugador del Gimnástico, quien se enroló en una de las primeras columnas de milicianos que marcharon al frente de Teruel, desde donde enviaba:

"[...] por telegrama, un atento saludo dirigido al Gimnástico y a toda la afición deportiva valenciana". (EMV, 15 de agosto de1936).

También sirvió en el frente Antonio Aparicio, extremo izquierda del Valencia que debutó en la Liga de Mediterráneo y dos meses más tarde estaba defendiendo al régimen republicano en el frente del Tajo. Abdón García, ex valencianista, se enroló en el ejército republicano y llegó a capitán; fue hecho prisionero tras la caída de Asturias. En el Levante militaba antes de la guerra Salvador Artigas, quien se enroló en la aviación republicana y tuvo el honor de ser su último aviador. Otros levantinistas que participaron en la guerra fueron Agustín Dolz y Sierra.

En el otro extremo ideológico nos encontramos a Santiago Zubieta, extremo derecha del Valencia FC quien se alistó en el ejército franquista y jugó con el equipo de la "Aviación Nacional". Paradojas de la guerra, su hermano pequeño Ángel, jugó con la selección de Euskadi en una gira por Europa y América. De ese mismo combinado desertó para pasarse a la España nacional Guillermo Gorostiza "Bala roja", jugador del Valencia CF de la posguerra que formaría la "delantera eléctrica".

A Severino Goiburu, jugador del Valencia FC, la guerra le pilló en la capital y sus ideas políticas le metieron en alguna complicación hasta que pudo pasarse de bando. Otro valencianista que se pasó a las filas franquistas fue el internacional Inocencio Bertolí, quien llegó a jugar la final de la "Copa del Generalísimo", defendiendo las filas del Racing de Ferrol.

Por desgracia el mundo del fútbol no fue ajeno a las desgracias de la guerra y muchos jugadores perdieron la vida. Como pequeña muestra, podemos citar a dos de los integrantes del equipo fundacional del club valencianista, su portero José Marco y su delantero Nicolás Guerendiáin, que llegó a ser comandante republicano después de ser detenido fue torturado y fusilado. Otros fallecidos fueron Dámaso Urrutia, ex jugador del Levante y Valencia; Joaquín Arater, defensa del Levante, y Antonio Folch, jugador del juvenil del Levante que por su trayectoria se ganó el apelativo de "El Invencible".

La primera víctima mortal relacionada con el fútbol valenciano fue Pedro Ventura Virgili "Guantes", quien fue portero del Gimnástico y una vez retirado se hizo periodista. Ejerciendo esta profesión, murió el 6 de agosto de 1936. Su muerte, a manos de los militares franquistas, se produjo fruto de una serie de fatalidades. Fue fusilado, sin juicio previo, junto al diputado de ERC y presidente del Barça, Josep Sunyol, un oficial republicano y el chófer del coche en el que viajaban.