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El fútbol britanico vuelve a las andadas. El brote de violencia a gran escala desatado en la noche del martes en el estadio londinense de Upton Park, del West Ham United, fue originado por "un pequeño número de aficionados", según indicó ayer el agente de policía encargado de ocuparse de la seguridad del partido contra el Millwall, correspondiente a la Copa Carling.

Los disturbios violentos provocados por hinchas de los dos equipos, que requirieron de una gran presencia policial, se saldaron con trece detenciones y varios heridos. Así, un hombre permanece en condición estable después de haber sido apuñalado en el pecho y otras dos personas tuvieron que ser trasladadas al hospital con lesiones menores, según datos de la policía.

Los incidentes comenzaron incluso antes del arranque del encuentro de la Copa de la Liga y continuaban cinco horas después. El comisario de la policía Steve Wisbey indicó ayer que este cuerpo trabajó durante toda la noche "en colaboración con el club West Ham, la policía encargada del transporte y las autoridades locales para minimizar los desórdenes públicos". "Los agentes respondieron con eficacia cuando les arrojaban objetos en el momento en el que intentaban separar a los hinchas y sacarlos fuera del estadio después del partido", señaló. Además, dicha fuente recordó que los incidentes "de esta naturaleza" en un partido de fútbol "son, por suerte, raros" y explicó que "parecía que era un pequeño número de aficionados los que trataban de crear problemas".

Los aficionados de ambos clubes mantienen desde hace décadas una conocida rivalidad que en este partido se transformaba en broncas y peleas masivas. Se trató del primer partido disputado entre ambos equipos desde abril del 2005 y fue el West Ham United el que se proclamó vencedor por 3-1, tras marcar su último gol en el tiempo de descuento.

Después del choque y sobre las 23.00 horas cientos de hinchas del West Ham se habían congregado fuera de su estadio donde lanzaron latas de cerveza y botellas a la policía.

El West Ham condenó con dureza los desórdenes y la Federación Inlgesa fue tajante: "Esperamos que todos los culpables sean expulsados de por vida, no tienen sitio en nuestro juego" afirmó.