La Fonteta ya huele a Final a Cuatro, a Euroliga, a grandes citas. El pabellón espera al viernes, a su día grande, a albergar a 9.000 almas que lleven en volandas al Ciudad Ros Casares a la victoria ante el Wisla de Cracovia y más tarde ante el Ekaterimburgo y el Spartak de Moscú, vigente campeón, para que el domingo por la noche el Ros haya conseguido el objetivo que el club, con Carme Lluveras e Isma Cantó a la cabeza, se pusieron a comienzos de temporada: ganar la Euroliga, lo último que les queda por ganar. El ambiente en la plantilla, el buen rollo, está asegurado. En una sesión de fotos, Delisha Milton-Jones cogió a Laia Palau en volandas, mientras la base insistía en que la bajara entre las risas de todas las integrantes del equipo. Es la sintonía que ha hecho a este equipo grande.

El técnico de Llíria, mientras tanto, mantiene el semblante serio y concentrado. Está esperanzado: "Llegamos en un momento óptimo". Sólo Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar tienen algunos pequeños problemas físicos. Su entrenador se muestra cauto ante su participación en el partido. "Estarán, eso seguro", afirma, pero lo que no está tan claro es en qué condiciones. "A las dos las necesitamos mucho", comenta el entrenador, que supone que sí podrán estar el viernes: "Amaya al menos jugará normal".

Huyendo de favoritismos

El equipo, mientras tanto, intenta huir del cartel de favoritas que pesa sobre ellas para el partido del viernes. "Es una final a cuatro -comenta Cantó- y no hay favoritos, aunque por el factor campo nos están diciendo que lo somos nosotras ". Lo cierto es que la Fonteta estará llena para ver al Ros: "Es un aliciente más y como equipo tenemos que saberlo llevar".

El primer escollo en el camino hacia el título es el Wisla de Cracovia. El conjunto polaco llegó a la final "sin hacer ruido", pero está en ella por méritos propios, "con un tipo de juego típicamente español, muy rápido, con mucho contraataque". Para Cantó, será un partido "de ritmo muy alto, con dos equipos a los que le gusta correr": "Será muy difícil, en la primera fase de la liga regular quedaron terceros y el Ros cuarto".

Como preferencia para la final, por su parte, Cantó lo tiene claro: "El que peor llegue de los dos". Aunque el entrenador insiste en que los dos son grandes equipo, el técnico de Llíria señala que Ekaterimburgo tiene una plantilla "más compensada", mientras que Spartak tiene, probablemente, "el mejor cinco inicial de Europa".

Las jugadoras, mientras, están ilusionadas. Elisa Aguilar asegura que la presión desaparecerá cuando salten al parqué de la Fonteta: "Creo que en el momento en el que saltemos al campo y la Fonteta esté a reventar no puede haber presión más allá de la implícita de pertenecer al Ros y el deber de ganarlo todo. Sabemos que en este club el segundo puesto no sirve. De todas formas, entiendo que esa presión debemos enfocarla a positivo". Por su parte, Amaya Valdemoro huye del cartel de favoritas porque la Final a Cuatro "es una competición muy abierta y cualquiera de los cuatro equipos tiene opciones, aunque dos conjuntos rusos parten con más números". Valdemoro comenta que sería "muy bonito ganar la Euroliga en casa".