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El Valencia no tiene dinero y no es ninguna novedad. Pero su plan de viabilidad ha sufrido un nuevo contratiempo: No ha encontrado la financiación esperada para afrontar el reinicio de las obras del Nuevo Mestalla, el motor que ha de relanzar su economía, y que esperaba retomar el pasado mes de febrero. Así se "acordó" en la reunión que mantuvieron ambas partes hace unos días, después de que el club comunicara, en enero, que la construcción seguiría adelante en cuestión de semanas. Tres meses después, las grúas siguen paradas en la gran mole de cemento que se levanta en la Avenida de las Cortes, un esqueleto convertido en monumento al desastre financiero del Valencia y a la calamitosa gestión de Juan Soler, el presidente que se adentró en esta ambiciosa aventura urbanística.

La búsqueda de financiación por parte de los responsables del Valencia para convencer a la UTE no ha dado ningún resultado. Con una deuda de más de 600 millones, no hay banco que se atreva a conceder un euro más a la entidad de Mestalla, acuciada por la necesidad de vender los terrenos del viejo estadio desde que se puso la primera piedra en Benicalap. Bertolín y FCC Construcciones, las dos empresas que forman la UTE, no pondrán en marcha las grúas hasta que existan garantías de cobro. Un objetivo que el presidente y el vicepresidente del Valencia, Manuel Llorente y Javier Gómez, respectivamente, no han alcanzando pese a escarbar con insistencia en busca de una fuente de financiación.

La continuidad del parón de las obras en el nuevo estadio recuerda que la caja del Valencia sigue vacía, necesitada de ingresos no sólo para pagar a la UTE, sino para definir el proyecto deportivo de la próxima temporada. En una coyuntura inmobiliaria muy negativa para la venta del viejo solar de Mestalla, por el que el club esperaba ingresar más de 300 millones de euros en su momento, todo pasa por sacar ingentes beneficios del traspaso de varios de sus futbolistas. En círculos muy cercanos a la construcción del estadio se asegura que la obras podrán retomarse en verano "gracias la marcha de, al menos, un jugador".

Negociación con Topal

Mientras desde el propio club se reconoce la ausencia de recursos económicos para tomar decisiones de futuro, la dirección deportiva trabaja en la incorporación del centrocampista turco del Galatasaray Topal, cifrado en torno a los 5 millones de euros. Lo que lleva a pensar que el club puede tener cerrado el traspaso de, al menos, un futbolista.

El contrato con Richard Ellis

caduca en junio

Dos meses. Ese es el tiempo que le queda al contrato de exclusividad de la consultora internacional Richard Ellis con el Valencia para vender el solar del viejo Mestalla. Por sus gestiones, y en caso de conseguir comprador, la inmobiliaria se llevaría una comisión no superior a un 1% de la operación. Ante la premura del tiempo, la empresa intensifica sus esfuerzos en busca de un comprador. La inmobiliaria, contratada el pasado año, sacó recientemente a concurso la campaña de publicidad del futuro proyecto urbanístico de la zona, al que se presentaron varias agencias de ámbito nacional. Un eslogan que invoque a la nostalgia del viejo estadio fue la primera petición de Richard Ellis a las empresas a las que consultó. La empresa quiere que el nombre de la zona recuerde a la historia del Valencia o del recinto y prevé obsequiar con un regalo, a modo de homenaje -pensaba en una camiseta firmada por los futbolistas, como hizo el Real Madrid en la zona de las Torres- a los que participen en el proyecto urbanístico. Pero ninguno de sus esfuerzos ha tenido, de momento resultado. Hay que recordar que la venta de las parcelas era el proyecto estrella del Juan Soler y la promesa eterna de Vicente Soriano, quien llegó a anunciar la venta del solar. El proyecto contemplaba desde el principio la construcción de nueve torres de 16 alturas. levante-emv valencia