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Toque de corneta en Ferrari. La clasificación del sábado anticipó el varapalo de Estambul y ya ese día Stefano Domenicali llamó a una reacción inmediata. Duele en la Scuderia verse tan lejos de los mejores y la arenga desde arriba llegó hasta el último currito de Maranello. "Hay que ponerse las pilas ya." Traducción libre del mensaje vigente en la fábrica las próximas semanas. En los hornos de la factoría aceleran para no perder el tren. Tienen Valencia (27 de junio) señalado en el calendario como el día D para el gran salto. Habrá vuelta de calcetín al coche, la evolución estrella de la temporada, con un paquete aerodinámico completo como mayor argumento. Un mes escaso de labor intensa para corregir los vicios de un coche que destapó en Estambul sus carencias. En la casa sabían que pasarían apuros, pero nadie pensaba ver a los coches rojos tan atrás. Massa (7.º) y Alonso (8.º) incapaces de llevar junto a los mejores dos máquinas históricas, precisamente el fin de semana que se cumplían las 800 carreras del cavallino en F1.

Falló en Turquía la bala del conducto F. Primer salto en la investigación del sistema. Fallido. Sólo tuvieron la octava velocidad punta de la carrera y la aerodinámica del coche quedó comprometida. El F10 tiene cada menos agarre y así es imposible plantar cara a nadie. En Fórmula 1 encontrar el camino bueno es la clave. Hallada la línea ideal de trabajo, no hay más que seguirla. La de Ferrari está llena de recovecos, nada que ver con el carril por el que se mueve Red Bull, instalado en la alta velocidad de la investigación. Pero ellos fallan en carrera y sólo por sus errores el campeonato está todavía muy vivo. Enorme esperanza para Valencia, acicate también para Fernando Alonso, nunca en el podio del circuito urbano. Antes está Canadá (13 de junio), pista más propicia que Estambul.