La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, afirmó ayer que podría existir un inversor que pusiera 200 millones de euros para finalizar el nuevo estadio del Valencia, ubicado en la avenida de Les Corts de la ciudad y cuyas obras llevan paralizadas año y medio por falta de liquidez. "Me llegan algunas ondas de que después de la venta de Villa y de la posible de Silva, podría haber alguna entidad capaz de poner sobre la mesa los doscientos millones que permitan la continuidad de la terminación del estadio", afirmó Barberá.

La alcaldesa insistió en que la construcción del nuevo estadio es "un proyecto no abandonado" y ha deseado que se retomen cuanto antes las obras. "Lo deseo porque sería muy bueno para la ciudad tener cuanto antes finalizado el estadio nuevo de Mestalla en la dimensión de la belleza y la finalidad que tenía y que a su vez, ello permita dar un rendimiento necesario a la parcela del antiguo campo", afirmó Barberá, quien reveló que se conservará "el césped genuino" del campo como "un jardín del barrio".

Barberá calificó al club de "embajador", recordó que la ciudad carecía de un estadio capaz de acoger acontecimientos deportivos de primer nivel mundial como una final de la Liga de Campeones y que la "excusa" que esgrimían los dirigentes europeos para negarle acoger esa cita europea era que "el estadio carecía de las condiciones". Barberá incidió en que acoger una final de Champions "es un objetivo" y "se cortó por la paralización de la obra".