Rubén Baraja tiene un dilema. El jugador quiere seguir jugando a fútbol, pero no quiere irse de Valencia. Ante esa tesitura, sólo hay dos salidas. O ficha por el Villarreal, o lo hace por el Levante. Y esta segunda opción, siempre y cuando el equipo de García Plaza ascienda a primera, es la que más seduce al vallisoletano. Ayer, el ex valencianista fue el protagonista del acto de clausura de las Escuelas de Fútbol de L'Ollería, donde entregó medallas y premios a los equipos y jugadores más destacados del fútbol base de esta localidad valenciana.

"Tengo mucha ilusión de seguir jugando; es más, sigue intacta, por lo que estoy valorando la mejor oferta. Mi idea es encontrar un proyecto interesante en el que pueda seguir disfrutando del fútbol. Me siento muy bien, animado, motivado y dispuesto a aportar mi juego al equipo que más me llene en lo deportivo", señaló. El vallisoletano, con propuestas de equipos de primera, también de segunda, y varias del extranjero, aseguró ayer que "por el momento estoy de vacaciones y estudiando todas las ofertas con mucho detenimiento". "Me encuentro bien física y mentalmente, con ganas de seguir jugando al fútbol, pero no lo voy a hacer porque sí. De ahí que esté esperando la oferta que más me atraiga", agregó. De momento, el jugador sigue muy de cerca al Levante. El presidente y el técnico del Levante creen que, la aportación del experimentado jugador, puede ser clave en el regreso del equipo granota a la élite. Baraja, de momento, guarda silencio.

Baraja, que estuvo acompañado por el alcalde de L'Ollería José Vidal, el concejal de deportes Vicente Oviedo y el coordinador de las Escuelas de Fútbol, Paco Micó, contestó las preguntas de los chavales. En una de ellas volvió a demostrar su amor al club de Mestalla, en el que militó diez años, al asegurar que "mi intención y mi deseo era retirarme en el Valencia, pero no ha podido ser. Pero ahora debo mirar al futuro y en poder jugar al fútbol unos años más".