Hace unos días, en un de los actos organizados por Valmor Sports para promocionar la carrera del próximo 27 de junio en Valencia, sorprendió que su vicepresidente, Jorge Martínez Aspar, deseara sobre todas las cosas que Fernando Alonso sea capaz de pelear por la victoria en la tercera edición del Gran Premio de Europa. Lo desea incluso por encima del éxito económico de la prueba. Aspar sabe que sin un reclamo deportivo fuerte la cita puede ir perdiendo interés para los aficionados y, a la larga, puede ser la muerte anunciada del GP. Valencia quiere quitarse dos losas importantes: por una parte todavía no ha visto ganar a ningún piloto español y tampoco los ha visto asomarse por el podio. Por otra, no son pocos los aficionados que ven la pista urbana como una de las más aburridas y anodinas del mundial por la falta de adelantamientos. Todo puede cambiar este año gracias al presumible duelo que protagonizarán Fernando Alonso y Lewis Hamilton. Ambos cuentan con motivos más que suficientes para pensar que el próximo 27 de junio reeditarán la trepidante carrera que se vio el domingo en Montreal.

Lewis Hamilton parece el mejor colocado para suceder a Rubens Barrichello como ganador de la carrera de Valencia. En las dos primeras ediciones el inglés consiguió subirse al segundo peldaño del cajón y si no venció el pasado año fue por un clamoroso error de McLaren en su parada en boxes. La escudería inglesa ha protagonizado además la reacción más fuerte en este inicio de campaña y ya es capaz de tutear y superar a Red Bull, el coco de las primeras carreras. Hamilton llega líder a Valencia por primera vez con la moral por las nubes tras dos victorias consecutivas en Turquía y Canadá.

Fernando Alonso, por su parte, arrastra una mala estadística en Valencia. El primer año no completó ni una vuelta después de que el japonés Nakajima se lo llevara por delante. El pasado año su Renault fue incapaz de llevarle más allá de la sexta plaza. El asturiano quiere quitarse la espinita que lleva clavada y para ello su mejor aliado no será otro que su actual monoplaza. Ferrari venció en la prueba inaugural del Gran Premio de Europa en 2008 con Felipe Massa, mientras que en 2009 Kimi Raikkonen fue capaz de llevar el bólido rojo hasta la tercera plaza.

La gran mejora de los coches del cavallino rampante en la carrera de Canadá vuelve a cargar de ilusión a toda la parroquia ferrarista. En Montreal el coche tan sólo recibió unas tímidas mejoras en los alerones y con ellas se situaron de nuevo en los puestos de cabeza, pero para Valencia la Scuderia ha anunciado un importante paquete aerodinámico que debe situar a sus dos pilotos en la lucha por la victoria.

Los otros y su distinta suerte

Por el contrario, el circuito valenciano está "maldito" para los otros grandes protagonistas del campeonato: Red Bull. Nunca han puntuado en esta prueba. En la edición inaugural, Webber acabó duodécimo y Coulthard decimoséptimo. En el Gran Premio del pasado año, el australiano terminó noveno, fuera de los puntos, y Sebastian Vettel, que salía en la segunda línea de la parrilla, tuvo que retirarse en la cuarta vuelta por problemas mecánicos. Del que se espera un rendimiento bueno también es del Mercedes, heredero del Brawn GP que el año pasado llevó hasta la victoria a Rubens Barrichello. ¿Significará Valencia el renacer de Michael Schumacher? Muy pronto, la respuesta.