«España apunta un dedo acusador a Sara Carbonero por la derrota». «La inquisición española culpa a una novia después que Suiza derrotara a los favoritos». «La sexy presentadora de televisión Sara Carbonero, culpada de la derrota de España en la Copa del Mundo». Con estos titulares se despertó ayer el público inglés después de la derrota ante Suiza, procedente de informaciones de la prensa «seria». Hasta «The Times» convertía la información en su tema de portada, con una serie de fotos de la entrevista que hizo a su novio, Iker Casillas, al acabar el partido.

Una oleada de opiniones se ha desatado por el episodio. Se sabía desde el primer día que la presencia de la periodista en Sudáfrica iba a suponer un atractivo no exento de morbo. La convergencia de circunstancias adversas ha puesto el resto: España perdió, Casillas salió a destiempo en la jugada del gol, la periodista hizo un «speech» junto a la portería de su novio y, al acabar el partido, le entrevistó. Para la prensa inglesa, Sara Carbonero es una WAG («wife and girlfriends»), que es como se conoce allí a las esposas y novias de los futbolistas. Además, apuntan a que, normalmente, las «WAG españolas» no acompañan a los jugadores españoles, al contrario que a los ingleses y que cuando se supo que la periodista cubriría la competición, hubo quien se mostró reticente.

Más aún, hace dos fines de semana, el diario «El Mundo» se preguntaba si Sara Carbonero podría llegar a desestabilizar a la selección, algo que aprovecharon los programas del corazón de su misma cadena, Telecinco para, esa misma noche hacer un alegato en su defensa durante una entrevista en el programa «La Noria».

Divergencias en los medios

Sara Carbonero escribe artículos de opinión para el diario Marca y éste, lógicamente, la defendió ayer a capa y espada, asegurando que «la periodista y el jugador cumplieron con naturalidad sus funciones, como corresponde a dos grandes profesionales» y el ABC recuerda que la entrevista «se zanjó con un disimulado "hasta luego"».

Por contra, en la cadena SER, situados editorialmente al otro extremo, apuntaban si Telecinco basa su audiencia en el morbo, «que ahora no se quejen». En elPais.com, también del Grupo Prisa, el comentario a una foto en la que se ve a ambos era el siguiente: «cada uno estaba a lo suyo, pero el uno pendiente del otro».

Lo cierto es que la entrevista tenía ya a mitad de de tarde de ayer casi 300.000 visionados en internet, con la particularidad de que la ha sido colgada hasta quince veces diferentes en Youtube. En un día, ha superado el récord que tenía su vídeo más visitado, y que fue colgado hace dos años: el día que hizo el debut en Telecinco. Sorprende que este argumento lo esgrimiera la prensa británica no sensacionalista, pero otra corriente de opinión al respecto es si la información no se trata de un ataque de «amarillismo» en las islas, siempre proclives editorialmente a criticar los éxitos del deporte español (curiosa, por rancia, sentencia la de The Times al referirse a la «inquisición española».

El grupo de admiradores en Facebook, que conforman casi 40.000 personas, defienden a ultranza a la periodista, tildando de «envidia cochina» o, directamente, «gilipollez» las afirmaciones de la prensa inglesa.