A lo largo de los 100 años de existencia nuestro Levante UD ha conseguido cuatro meritísimos ascensos a la Primera División y en todo ese tiempo los aficionados «granotes» hemos dado sobradas muestras de que somos de esa clase de personas forjadas con «el yunque de la adversidad» como bien decía en aquella primaria Radio Alerta, y después en la Voz de Levante, mi buen amigo Paco Gandia (q.e.p.d). Tan dolorosa y larga trayectoria queda demostrada por los continuados disgustos que hemos tenido que soportar a lo largo de un siglo y, muy especialmente doloroso fue cuando el día 3 de julio nuestro club se encontró inmerso en la Ley Concursal (suspensión de pagos) ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Valencia, circunstancia sobrevenida como consecuencia de la poco y nada ortodoxa ejecutoria llevada a cabo por los directivos que manejaron la nave azulgrana. Los levantinista hemos transitado por tan dificultoso camino teniendo que soportar en nuestras viejas y cansadas mochilas azulgranas unos; blanquinegras los otros, pero en ambos casos repletas de amargos fracasos y parcas alegrías. En ese tortuoso trayecto han ido cayendo muchos de nuestros mejores. Quiero recordar a aquellas dos entusiasta familias bien avenidas que después de finalizada la guerra civil (1936-1939), fuimos fieles seguidores de nuestro UDL unos; los granotas, eran provenientes de los barrios de la Ciutat Vella, Russafa, del Carmen, del Camí de Trànsits, Camí de Morvedre, Camí d´Alboraia, Marjalenes, Benicalap, Campanar, las huertas circunvecinas de Beniferri, Benimaclet, Benimámet, quienes junto a los enardecidos levantinistas provenientes de los poblados marítimos éramos aquellos fidelísimos aficionados que, domingo tras domingo, llenábamos el histórico campo de Vallejo. Siempre repletas las gradas, aunque el equipo de nuestros amores militase en las divisiones inferiores. La temporada pasada en muchos de los encuentros celebrados se rondaba los cinco mil espectadores. Con esos asistentes es imposible mantener un equipo en segunda división y, mucho menos en primera.

Desde hace bastantes años, que me vengo haciendo la pregunta siguiente. ¿Por qué nuestra Valencia, la tercera capital de España, su sociedad, los poderes económicos, ignoran o dan de lado al club que ostenta con todo merecimiento el honroso título de decano del fútbol regional valenciano? Otra pregunta que hago desde las paginas del periódico Levante-EMV, el diario de mayor difusión de las tres provincias valencianas. ¿Qué causa existe para que se origine ese divorcio permanente entre la sociedad valenciana y nuestro club? Y otra pregunta, ¿se hizo mal algo cuando se consumó la fusión entre el Real Gimnástico FC y el Levante FC? Otra: no se puede permitir ni un momento más el actual distanciamiento que existe entre la sociedad valenciana y nuestro club. Necesitamos un numero mayor de abonados, y además hay que poner en práctica la manera de recuperar a los aficionados que provenían de aquellas y de otras nuevas barriadas obreras o artesanas, para que el Ciutat de València ofrezca un lleno en cada uno de los encuentros que se disputen. Ítem; el presente ascenso debe de ser el que perpetúe a nuestro equipo en la Primera división del futbol español. «Granotes, amunt!»