Predicar no es dar trigo y Florentino Pérez, quien pone todo su interés en que su club pueda presumir de señorío ha conseguido fichar al entrenador más maleducado de la galaxia futbolística. El Madrid de los últimos años con su prepotencia económica y sus fichajes había alcanzado la peor de las metas: crearse antipatías donde antes no las tenía. José Mario dos Santos Mourinho Félix empieza a conseguir odios viscerales entre los propios miembros del madridismo. Ante cada decepción busca culpables con los que distraer a los socios, descontentos por el mal juego de sus equipo.

El mediático entrenador portugués, quien se cree un Helenio Herrera redivivo, pero con menos modales, tiene como norma provocar. Y en tal política está dispuesto a acometer contra el mundo. En su campaña no se priva de insultar a su club y sus jugadores.

Florentino Pérez la está pasando de a kilo porque no participa del mal estilo de su entrenador. Aunque acabe ganando títulos siempre le quedará un mal regusto.

Contra el Madrid dijo José Mario, que el campo era un patatal. No tuvo la discreción suficiente para exculpar a la sociedad que no era la responsable del ataque de hongos que padeció el césped. Peor que el césped fue el fútbol de los suyos.

La negativa a permitirle dirigir la selección portuguesa durante dos partidos - era el comienzo y se sospechaba fundadamente que el trabajito se pudiera prolongar- le enfadó con el presidente y muy sibilinamente se le echó en cara en los medios informativos. Cobra 2.000 millones de pesetas anuales y tiene contrato por cuatro años y encima quería un sobresueldo en Portugal.

Dentro del propio club ha tenido la desfachatez de menospreciar a Pedro León. Simplemente, porque en conferencia de prensa le preguntaron por los motivos que le llevaban a prescindir del jugador, quien había sido de los más distinguidos en el campo del Levante. Se sospecha que bastó que todos los medios alabaran su juego y el acierto de darle su oportunidad, y con ello cambiar el erróneo sistema táctico, para que inmediatamente lo relegara.

A Pedro León lo desmereció de tal manera que además de decir que no es Zidane, Maradona o Di Stéfano provenía del Getafe con lo que en ésta población le van a aguardar cariñosamente cuando le toque jugar allí.

Sus repentes ya eran muy conocidos antes de llegar al Madrid. En Inglaterra le bautizaron como el "Special One" y en España acabará por batir récords de malquerencia. De momento su equipo juega peor que el de Manuel Pellegrini y hasta Cristiano Ronaldo, brillaba mucho más.

José Mario dos Santos tiene como norma ningunear a las gentes de su oficio. Sin venir a cuento, le mandó un viaje a Unai Emery al decir que a él no le imponían si debía jugar Joaquín o Pablo. Del nuevo entrenador del Sevilla, Gregorio Manzano, ha dicho que no sabe quien es. Y ello no es desconocimiento, sino desprecio.

Sabedor de que en Madrid gusta que alguien se meta con el Barcelona dijo que hay quienes juegan en grupos de copa de la Uefa en lugar de Liga de Campeones. El Madrid ha jugado contra al Ajax que ni se parece al de las grandes campañas y ha vencido al Auxerre, equipo que en siete partidos de la liga francesa no ha ganado ni uno. Sólo ha empatado cinco. Para rematar, dijo que hay equipos que juegan a favor del Barça. Se refirió al hecho de que Manuel Preciado, entrenador del Sporting, presentó en el Camp Nou un conjunto con muchas novedades. Guardiola sólo comentó que hay que tener respeto a todos. El Madrid que solo empató ante el Levante lo hizo ante un equipo que tenía siete bajas.

En la Liga española aún no ha ganado ningún partido importante y ha sido incapaz de vencer en Mallorca y Orriols. Sus números son muy inferiores a los de Pellegrini quien no sólo había ganado los cinco primeros partidos, sino que, además, el equipo había marcado muchos más goles. Su Madrid ha perdido pegada, la mejor arma que poseía.

Pep Guardiola no entró al trapo como tampoco lo hizo Emery ni lo hará Manzano cuya educación es muy superior. Aquí no acabarán las invectivas, las descalificaciones, ni los desprecios. Mourinho le hará el peor de los favores a su club. Él y Cristiano Ronaldo, dos para una peana.