El Valencia comienza a salir del hoyo, aunque para ello haya tenido que renunciar a continuar con las obras del nuevo Mestalla, que quedan aparcadas. De momento, su situación financiera ha dado un vuelco de muchos grados en los últimos meses, según explicó ayer el presidente, Manuel Llorente. "Estamos muy satisfechos. Es la primera vez en muchos años que los ingresos superan a los gastos financieros", afirmó con una sonrisa de oreja a oreja. El dirigente compareció durante casi una hora para descifrar, orgulloso, las cuentas del club, que arrojan datos muy positivos. La deuda se ha rebajado de 550 a 400 millones en un año y tres meses, gracias al plan de viabilidad de urgencia puesto en marcha por el club tras estar al borde del proceso concursal. Un plan que le ha permitido también, según explicó el presidente, reducirlos gastos de explotación en un 25 por ciento con respecto a la anterior temporada. "Ya no vamos a perder esas cantidades industriales de dinero de los últimos años", añadió, en referencia a la calamitosa etapa de Juan Soler.

Si en el terreno deportivo el Valencia transmite buenas sensaciones, en el económico también hay motivos para el optimismo. La venta de las principales figuras de la anterior plantilla, la ampliación de capital -respaldada por las instituciones públicas- y su austero programa financiero han aliviado definitivamente sus cuentas. Se acabaron las millonarias pérdidas anuales de las últimas temporadas. Los números no engañan: El Valencia cerró el pasado curso con 18 millones de euros de beneficios. El presupuesto actual, aprobado ayer por el consejo, también promete rentabilidad. El balance prevé 11 millones de pérdidas, cifra que ya ha sido reducida a 7 millones tras las ventas de Marchena y Alexis. Si el Valencia supera la primera fase de la Liga de Campeones, se esperan beneficios.

Los 69 millones de euros de perdidas en la última temporada de Soler (2008-09) son una referencia ineludible para contrastar el giro financiero. "Hemos dado un vuelco a las cuentas con ajustes en todas las partidas", dijo Llorente. Como en los gastos de personal, rebajado en un 21 por ciento con respecto al año anterior. El dirigente subrayó este apartado para hacer frente a la polémica sobre su alto sueldo, aunque no concretó la rebaja en su retribución como presidente. No hay que olvidar que la salida de Fernando Gómez -ayer acudió como un consejero más a la reunión- como director deportivo frenó los gastos en este apartado.

"Ahora tenemos dos asignaturas pendientes: La reducción de gastos financieros y la de el estadio, en el que hemos invertido 150 millones", dijo. Ante la falta de financiación, el club ha dejado condicionada la construcción del nuevo estadio a la venta de Mestalla o a los planes de Bancaja, que tiene hipotecado el terreno y podría quedárselo a cambio de anular el crédito. Sobre la posibilidad de crear una sociedad mixta con el Levante UD y el ayuntamiento para el recinto de la Avenida de Les Corts, no hay novedades. "Allí tenemos 150 millones invertidos. Si alguien quiere compartirlo, que pague 75", dijo.

Un millón de euros más al PSV por Koeman

Las largas sombras del ex presidente Juan Soler y el ex entrenador del Valencia Ronald Koeman no han desaparecido, del todo, del viejo Mestalla. El club ha de pagar un millón de euros al PSV Eindhoven, equipo del que llegó el técnico holandés, por haberse clasificado para la Liga de Campeones. Así quedó estipulado en el disparatado contrato que firmó el Valencia cuando fichó a Koeman. Al millón de euros que tuvo que abonar en su día el Valencia al PSV por su contratación -sólo le quedaban 6 meses para desvincularse del equipo centroeuropeo- y a los 800.000 que se ganó el representante por la operación, se debía sumar un millón más en caso de que el Valencia se clasificara para la máxima competición europea en cualquiera de las tres temporadas siguientes, como así ha ocurrido. El gasto ha tenido que ser incluído en el actual presupuesto.