Toni Elías (Manresa, 1983) apenas ha podido descansar. A la fiesta de celebración por el título mundial, las llamadas de felicitación, y las entrevistas en directo y por teléfono, se suma el vuelo entre Kuala Lumpur y Melbourne, donde este fin de semana corre otro Gran Premio, esta vez ya como campeón del mundo.

¿Cómo se siente un campeón del mundo una vez conseguido su objetivo?

La verdad es que me quedé emocionalmente bloqueado. No me salía nada. No podía llorar, ni reir, nunca me había sucedido algo así. A las pocas horas me salió todo. A medida que va pasando el tiempo voy tomando conciencia por primera vez de que soy campeón del mundo de Moto2, y soy muy feliz. Hay momentos que rio, momentos que lloro... se me escapan algunas lágrimas pero es de puro contento. De todas formas he de ser sincero y reconocer que la diferencia de puntos provocaba que desde hace semanas ya imaginara esto. Es el sueño de toda mi vida, desde que era pequeño. Pero este triunfo no es solo mio. Detrás, durante estos dias, han estado mis padres y mi hermana. Han estado siempre ahí, se han sacrificado por mi durante todo este tiempo, por lo tanto la victoria es también suya.

Ahora viaja a Australia para participar en el Gran Premio de Melbourne el próximo fin de semana. ¿Cómo va la motivación en una carrera en la que ya no se juega nada?

En estos momento lo que me gustaría es volver a casa, pero también es cierto que una vez conseguido el objetivo me he quitado un gran peso de encima. En las últimas carreras empezaba a notar una enorme presión que no me permitía conducir tan bien como al principio de temporada. El circuito de Phillip Island es complicado pero ya no existe la presión. La motivación será continuar creciendo e intentar acabar la temporada como empezó.

En 2001, en 125 cc, y en 2003, en 250 cc, perdió dos campeonatos que tenía muy encarrilados. Después pasaron años de resultados discretos, lesiones y motos poco competitivas. ¿Valora más haber ganado ahora un Mundial, a los 27 años, que no haberlo hecho antes?

Sí, lo valoro mucho más. Siempre es difícil perder dos campeonatos de la forma en la que ocurrió. Fue muy duro entonces y también todo lo que pasó más tarde por todos los problemas que tuve. Pero ahora tengo un título en las manos que nadie me puede arrebatar, y lo valoro más que si lo hubiera ganado en 2001 o en 2003.

La pregunta que ahora se hace todo el mundo es si correrá en MotoGP y en qué equipo lo hará. ¿Es un tema que quiere cerrar pronto o prefiere esperar un poco más para encontrar un puesto mejor?

El año pasado iniciamos un camino, el de bajar a Moto2, que era de ida pero del que posiblemente no habría regreso. Si ahora no hubiera sido campeón, probablemente no hubiera podido volver a la categoría reina. Queremos regresar a MotoGP, pero con una moto digna. En estos momentos no puedo decir en qué equipo correré, pero existe un 99% de posibilidades de que corra en MotoGP en 2011.

Complicado panorama pese a haber ganado el título de Moto2.

El problema es que las grandes motos, las más competitivas, ya están pilladas, por tanto no podré tener ninguna que sea líder. Lo que he de perseguir ahora es encontrar un entorno adecuado, hacer unos buenos resultados y ganarme un puesto de cara a 2012. Si se diera un cambio de reglamento todo se igualaría más, entrarían más motos en el campeonato y es posible que pudieran encontrarme una moto más competitiva. El objetivo ahora es trabajar.