Acabamos de entrar en un nuevo curso escolar, político, social, deportivo y de cualquier otra faceta que se les pueda ocurrir, porque aún cuando los años naturales comienzan en el mes de enero, en realidad el mes de septiembre es el que marca el inicio de un nuevo periodo. Este nuevo curso será el último de la actual legislatura política valenciana, caracterizado a juicio de los especialistas por la «parálisis» de nuestro gobierno autónomo a consecuencia del famoso caso Gürtel, entre otras cuestiones.

En materia de planificación deportiva no es que haya habido parálisis es que hemos retrocedido a los tiempos de las catacumbas de los primeros practicantes. ¿Recuerdan ustedes algún plan, alguna acción, alguna actividad de nuestras autoridades autonómicas deportivas? Sí, yo recuerdo una: la del Tarjeta deportiva, con la que pretendían aumentar el número de practicantes y dinamizar el deporte. Ahí andan intentando ponerla en marcha, pero no deja de ser un «carnetillo» más con el que nos asedian por todas partes. ¿Y qué se hizo de aquella, digámosle, «promesilla», de la nueva Ley del Deporte? Aparte de que no hace ninguna falta perder el tiempo en eso, no cuadran las prisas iniciales con el parón posterior.

En cambio, lo que nos queda de la legislatura es un pequeño monstruito de «deporte autonómico» que no sabemos muy bien qué es. De ahí el título de este artículo, en inglés como le gusta a Camps y su Consejero de Educación, Font de Mora, porque recordé la mascota de los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. Era tan fea y tan extraña que los propios americanos la rebautizaron como What is it?, ¿qué es esto?, y la escondieron. Ni siquiera en la tienda de merchandising de la Villa Olímpica era fácil encontrarla. Había algunos ejemplares en el último rincón de la última estantería. Pues así han dejado el deporte valenciano los responsables del mismo en esta legislatura, porque lo que se recuerda de su labor es, por un lado, la apuesta por los grandes eventos de corte comercial (F1, la Volvo, la Copa del América...) que no han pasado, además, por la Consellería del ramo ni por el negociado de Niurka Montalvo, y, por otra, temas como la reducción de los presupuestos (con esos 1.000 € que les dan a algunas federaciones para sus selecciones autonómicas), los problemas del Centro de entrenamiento de Cheste, con esa piscina que se caía a trozos, las deudas del Circuito de Cheste, los pocos euros que dedican a la promoción y el deporte en edad escolar, mientras subvencionan a los «amigos» o «los eventos de los amigos» por canales poco ortodoxos. Como colofón nuestra posición estelar en el ranking de inversión deportiva por autonomías: los penúltimos.

La legislatura comenzó anunciando a bombo y platillo la F1, y está acabando sin hablar casi de los grandes eventos. Lejano el éxito de la Copa del América de 2007, y escasamente rentable el de los bólidos, que de no costar nada al bolsillo de los contribuyentes ha pasado a cifras extraordinarias, lo mejor es el silencio. Ni siquiera Camps los cita ya en sus últimos balances. Mientras tanto, la gente se pregunta «Where is Niurka Montalvo? Y pregunta dónde está porque va muy poco a todo lo que no es estrictamente obligado o protocolario o no aparece, aunque se hubiera comprometido y estuviera anunciada, sobre todo cuando tiene que hablar. Ya pasó con motivo de las cuartas jornadas profesionales organizadas por el Colegio de Licenciados en Ciencias del Deporte, y, ahora, me cuentan que estuvo en la presentación del Plan Estratégico del Deporte de la Ciudad de Valencia y se fue a los diez minutos. Quizás pensó qué sería eso del Plan Estratégico o quiso cubrirse las espaldas por si le preguntaban dónde estaba el Plan Estratégico del deporte autonómico.

Fuera lo uno o lo otro, unos días después desde su departamento se envió a las federaciones deportivas un mail que rezaba así: «de acuerdo con la reunión prevista para hoy se adjunta ficha sobre el Plan Estratégico para su cumplimentación». Oigan, rigurosamente cierto. O sea, de hoy para hoy, visto y no visto, en un plis plas, las federaciones rellenan una ficha y ya tenemos Plan estratégico. Y el Ayuntamiento trabajando un año entero o más con expertos para elaborar solamente un documento de análisis previo, ¡qué despilfarro de tiempo!. ¡Que se lo encarguen a la Niurka!. ¡Ah! y si les cuento lo de la ficha. Un solo folio, para qué más, con el título, los datos identificativos de la federación y 3 cuadritos (denominación de la propuesta, ámbito y descripción de la propuesta). En fin, que acabaremos la legislatura y la secretaria autonómica habrá cubierto los 4 años de la misma sin que le conozcamos ninguna iniciativa. Eso sí que es un record y de los buenos, pero ya conocen el principio de Peter, así que en la próxima igual nos la encontramos de Consellera.