Apenas quedan cuatro días para que la mejor competición europea de baloncesto llegue a La Fonteta, un viejo pabellón que lleva demasiados años lejos de los focos mediáticos que trae consigo la Euroliga. Se podría decir que el Valencia Basket Club vivirá con cierto aire de "dejà vu" el partido del jueves ante Panathinaikos, pues en la memoria colectiva del pabellón seguirá presente el encuentro ante Benetton de Treviso -victoria arrolladora por 89-64-en lo que supuso el debut en la Euroliga allá por 2003. Pero esta edición es distinta. Los favoritos, eso sí, son los mismos -Barcelona, Real Madrid, Caja Laboral, Panathinaikos, CSKA Moscú y Olympiacos-, y las ganas de ver a los grandes en La Fonteta, también.

Por lo pronto, el grupo D, en el que ha sido encuadrado el Power Electronics, cuenta con dos favoritos, dos conjuntos capaces de dar la sorpresa y uno ligeramente más débil pero sumamente impredecible. CSKA de Moscú y Panathinaikos tienen entre ceja y ceja ir a las finales de Barcelona, y no lo van a poner fácil. Efes Pilsen y Armani Jeans de Milán quieren dar algún que otro susto y son perfectamente capaces de hacerlo, mientras que el Olimpia de Eslovenia puede dar la sorpresa si cualquiera de los a priori "grandes" del grupo se relaja en la cancha eslovena.

Y en medio de todos ellos, el Power Electronics Valencia, con la moral por las nubes tras la excepcional campaña del año pasado, pero sumamente consciente de que falta mucho por trabajar en el seno de la plantilla valenciana. Ya lo dijo el pasado sábado Manuel Hussein, tras la derrota ante el Barça: "Ojalá la Euroliga llegara diez días más tarde". Pues bien, el técnico canario no dispone de esa prórroga, por lo que para el jueves el equipo tiene que estar listo para comenzar con el mejor pie posible su andadura en la máxima competición europea. No será fácil. A la ya conocida baja de Augustine se han sumado esta semana las de Richardson y De Colo, que son serias dudas para el encuentro ante Panathinaikos. Sea como sea, el jueves "va de bo": ya no hay entrenamientos, comienza la Euroliga y La Fonteta quiere ver el baloncesto que se hizo la temporada pasada en Europa.

A nivel histórico, la Euroliga no podía llegar en mejor momento para el equipo valenciano. En el año del vigésimo quinto aniversario, el Valencia Basket ha recibido el mejor regalo posible más de seis años y medio después del último partido de Euroliga en La Fonteta, cuando el por entonces Pamesa Valencia dijo adiós a la máxima competición europea tras vencer a Ulker de Estambul por 78-72. Fue curiosa la manera de despedirse de la Euroliga, porque el balance de 4-2 no permitía pasar a la Final a Cuatro, pero si el Pamesa hubiera jugado el partido en Israel, a donde se negó a viajar porque el país estaba en estado de sitio tras la muerte de un líder de Hamás, las cosas podrían haber sido diferentes: el encuentro supuso la segunda derrota del Last 16 porque la Euroliga no entendió los motivos que dio el club de La Fonteta.

Fuga de estrellas

Por el parqué valenciano pasarán algunos de los mejores equipos del continente, pero hay jugadores que no pisarán el pabellón porque la NBA es la NBA y tira mucho. Grandes estrellas de la anterior Euroliga como Linas Kleiza o Josh Childress han regresado a Estados Unidos para jugar en Toronto Raptors y Phoenix Suns, respectivamente. Por el contrario, equipos como por ejemplo el Regal FC Barcelona han sabido mantener el bloque y no tienen que esperar a que los nuevos fichajes se adapten a las ligas nacionales e internacionales.

Richardson y De Colo, dudas para el jueves

Para el partido del jueves, Manuel Hussein aún no sabe si podrá contar con Richardson y De Colo, dos jugadores que aportan mucho al perímetro valenciano y que están lesionados. El alero de Luisiana sufre una rotura de fibras, mientras que el base galo no pudo recuperarse a tiempo ya para el partido de Barcelona de una luxación en un dedo del pie que se produjo en Bilbao. Todo parece indicar que ambos llegarán al partido, pero ni el técnico canario las tenía todas consigo el pasado sábado tras el partido contra el Regal FC Barcelona. Lo que está claro es que sin ellos, y pese a que el norteamericano no está rindiendo al nivel que se espera de él, el perímetro valenciano sufre, y mucho. La dirección de juego recae sobre Cook y en el "tres", Claver acumula minutos. Sin repuestos, el Power pierde fuelle y se desinfla en la segunda parte. Hussein los necesita.