Día, 6 de diciembre de 1964, se juega en Vallejo el partido de Primera que enfrenta al Levante con el Espanyol. Los granotas va ganando dos a cero, goles de Domínguez y Wanderlei. El as argentino Alfredo Di Stéfano, jugador espanyolista en esa liga, acaba de fallar un penalti. Se le ve contrariado y probablemente arrepentido de no haber aceptado la oferta de Santiago Bernabeu cuando le propuso colgar las botas al terminar la anterior temporada y ocupar un cargo en el cuerpo técnico del Real Madrid. Confiado en que podía seguir jugando a buen nivel le contestó que no, rompió la gran amistad que le unía al presidente madridista y se marchó a Barcelona a fichar por el Espanyol. Comenzó la nueva liga su rendimiento es mediocre y si encima falla penalties como en este partido de Vallejo el mal humor le envuelve. Faltando un cuarto de hora para el final cae lesionado el delantero levantinista Serafín en un choque con el espanyolista Juan Manuel. Temiendo que la lesión fuera grave se levanta del banquillo el secretario técnico granota Ramón Balaguer y se acerca a Serafín. En ese momento le sale al paso Di Stéfano, le recrimina su presencia en el terreno de juego y le suelta una sonora bofetada. Todo el campo se queda estupefacto ante esta sorprendente acción. El árbitro Gómez Platas no duda en expulsar a Di Stéfano que con esta bofetada pone un inesperado borrón en su brillantísima carrera. El partido termina con la victoria levantinista por 2-0.

24-10-2010: ¡quién iba a decir que pasarían casi cuarenta y seis años y estaríamos todavía sin volver a disfrutar de un nuevo triunfo del Levante frente al Espanyol! ¡Más de nueve lustros! Pero la historia del fútbol es así. El Levante ha sido capaz de ganar a grandes como el Real Madrid, el Barcelona, el Valencia, el Atleti o el Athletic, pero no ante el Espanyol. Los «pericos» se han convertido en una «bestia negra» para los granotas. Aunque, todo hay que decirlo, ayudados algunas veces de la fortuna y los colegiados. La frustración levantinista en el campo espanyolista es fastidiosamente reiterativa, tanto en Sarriá como en Montjuich donde se jugaba antes. Ahora se juega en Cornellá-El Prat y puede que a la alineación formada por Fernández, Victoriero, Gatell, Calpe, Vidal, Carlos, Domínguez, Wanderlei, Torrents, Pepín y Serafín que ganó por última vez al Espanyol en la historia del Levante la suceda la que presente Luis García Plaza en el nuevo estadio espanyolista. Las malas rachas están para romperlas y al Levante lo vemos capaz. Venciendo y dándonos una nueva alegría. Para que podamos andar mañana tan contentos como el lunes pasado cuando estuvimos en la presentación del interesante Anuario Gastronómico 2011 de nuestro amigo Antonio Vergara. En ella, entre aromas y sabores, muchos asistentes nos felicitaron por la marcha del Levante. Y eso nos satisfizo, vaya si nos satisfizo.