­­ Alonso apura la comida, ligera, antes de atender a Levante-EMV. La encargada de prensa asiste a la entrevista. Graba pero no habla. Elige silla el piloto y, junto a él, el reportero. Vigila Luis García Abad, representante del candidato a su tercer Mundial. Apenas interviene, sólo un par de veces, cuando su chico se lo pide con la mirada. Completa el grupo Edo Bendinelli, fisioterapeuta y cuñado del asturiano. La guardia pretoriana al completo, cinco para una charla entre dos.

Vayamos al grano. Convénzame de que puede ganar el Mundial.

Será difícil porque ni siquiera yo estoy convencido. Lo único que siempre tuve claro es que iba a luchar por ello, incluso cuando hace unas carreras estaba muy atrás. Era circunstancial, estaba haciendo mejor campeonato de lo que decían los puntos. Y había otra gente que no merecía tantos. El tiempo pone a cada uno en su sitio.

¿Teme a algún rival?

Red Bull tiene el mejor coche. Son los favoritos.

Después de correr en Silverstone, cuando más lejos estaba del líder (47 puntos) dijo que llegaría para la batalla final. ¿Lo creía de verdad o era un mensaje de ánimo para el equipo?

Lo creía de verdad. Allí el coche mejoró mucho. Veníamos de carreras difíciles. Barcelona, Turquía… y en Silverstone el equipo le añadió novedades que funcionaron. Cambió la forma de conducirlo y, a pesar del mal resultado allí, con ese coche se podía pensar en el título.

Vettel lucha con su compañero Webber por el título bajo el mismo techo. Usted ya sabe lo que es eso (2007), ¿Ha hablado con ellos, les ha contado cómo fue lo suyo?

Son situaciones diferentes. Luchan por el Mundial con el mejor coche y es una lucha con un compañero como si fuese un rival más.

Pero a Webber también le está costando encontrar el apoyo de su equipo, como a usted le sucedió en McLaren.

Lo mío fue un caso aparte y no creo que se vuelva a repetir en años lo que pasó en 2007.

Por declaraciones suyas asumo que le gustaría que Ferrari sea su último equipo.

Correcto.

Y también que le costaría compartir de nuevo garaje con Hamilton, que no iría a un equipo donde él estuviera, pero ¿qué cara pondría si de pronto, a su escudería se le ocurre ficharle?

No, Ferrari no le… (se frena en seco)… no sé lo que pasará. Estaré aquí muchos años y quién tenga de compañero no cambiará las cosas. No pasa nada si un día deciden fichar a Hamilton.

En el equipo están volcados con usted.

Sí, es un equipo diferente, se respira ambiente de carreras, competitividad y apoyo al mismo tiempo.

¿En ese apoyo incluye a su compañero, Felipe Massa?

Sí, creo que todo el mundo intenta hacer lo mejor para el equipo y Felipe, que ahora no tiene opciones para el Mundial, me ayudará, porque quiere lo mejor para el equipo.

¿Se enfrió la relación entre ustedes después de la polémica por las órdenes de equipo en Alemania?

No.

¿Llegaron a hablar del asunto? ¿Lo analizaron?

Sí, sí…

¿Cordialmente?

Sí, claro que sí. Los dos conocemos este deporte. Lo raro es el la polémica o el interés mediático que levantó, cuando lo mismo se ve en Brasil todos los años o lo vemos con McLaren cada dos o tres carreras. Parece que cuando nos pasa a nosotros se monta más jaleo. Pero ya le digo, entre pilotos, no pasa nada.

¿Por qué cree que se monta ese jaleo cuando usted está de por medio?

Supongo que porque he tenido más repercusión durante mi carrera. O porque tengo dos Mundiales. Estuvimos quince días hablando de la maniobra de Schumacher con Barrichello en Hungría.

Tiene cuatro temporadas más con Ferrari, ¿renovaría su contrato?

Sí, seguramente. No sé lo que pensaré cuando llegue el momento, pero siempre que me divierta, que sea competitivo y vea que las cosas van bien, no tengo por qué dejarlo.

¿No sé cansa de la vida nómada?

Es la que he llevado desde los doce años. Para mí es lo normal. Cuando estoy ocho o nueve días en casa ya no sé qué hacer.

¿Lamenta amistades perdidas por ese tipo de vida?

Las amistades fuertes las he conservado. Con mucho menos contacto, pero con la misa intensidad y cariño. Esto es temporal. La carrera de un piloto no es infinita y recuperaré una vida convencional y ahí estarán mis amigos de siempre.

¿Ha hecho amigos en las carreras?

Sí, también. Paso 200 días al año con el mismo grupo de gente. Mecánicos, ingenieros, periodistas, compañeros. Y sí haces cierta amistad con alguno de ellos.

«Me gustaría ser padre algún día»

¿Sigue con la idea de montar un equipo ciclista?

Sí, pero soy consciente de las dificultades económicas que hay en el mundo y de las que tiene el ciclismo en particular.

La Fórmula 1 es un deporte complicado por la política que hay, pero el ciclismo no se queda corto en problemas.

No es fácil, no.

Tiene buena relación con Contador, ¿ha hablado con él sobre su positivo?

Sí, pero hay que esperar. Nunca es fácil saber desde fuera qué es lo que pasa.

En la Fórmula 1 el dopaje está en los coches.

En todos los deportes se intenta encontrar los límites. Y en los de motor el margen está en la máquina.

La selección española recogió el premio "Príncipe de Asturias" de los Deportes. A usted se lo dieron en 2005. Buen cartel, ¿no?

Es el máximo premio para un deportista. Un reconocimiento al que puedes optar muy pocas veces. Yo tuve la suerte de que me lo concedieran en 2005. La selección se lo merece porque levantaron del sillón y animaron a un país entero. Y ese es el significado del premio, que a veces la gente intenta confundir con el palmarés. Es un premio a la ilusión que produce alguien en la gente y la selección española es la número uno en eso.

¿Dónde se ve tras su retirada? ¿Viviendo tranquilo en Asturias?

Me gustaría, pero no sé cómo será la situación. Mis intereses, los de mi familia, qué trabajo tendré, si implicará viajar mucho…

¿Le gustaría ser padre?

Lógicamente, algún día sí.

Hasta entonces, se entretiene con coches teledirigidos. Empezó también un curso de piloto de avioneta, ¿sigue con él?

Ahora está parado pero cuando termine la temporada lo retomaré.

¿Ya se ha bautizado? ¿Ha llevado un avión?

Sí, una vez.

¿Usted a los mandos?

Sí y no me estrellé, estoy aquí haciendo esta entrevista.

¿Qué se siente?

Se siente uno muy bien.

¿No impresiona?

No. Los primeros vuelos se hacen con un buen día, despejado y sin viento, en condiciones muy favorables.