La fiesta de presentación del Club Baloncesto Picken Claret se ha convertido ya en un clásico. Un clásico, sobre todo, de orgullo por el trabajo realizado por el que se puede considerar como la escuela de baloncesto más importante de la Comunitat Valenciana. Sobre todo, atendiendo a factores como el número de jugadores (casi 350) y al hecho de que todas las categorías sin excepción, de ambos sexos, tienen equipo y, en muchos casos, dos. La orden claretiana viene demostrando en numerosas ciudades el interés por el deporte y, con el paso del tiempo, de formó el club de baloncesto.

La entidad de Benimaclet tiene unas señas de identidad muy marcadas. Tanto como sus colores amarillo y azul -este año, las camisetas han empezado a cambiar y en lugar de las clásicas rayas horizontales primará el amarillo con costados azules-. Es uno de esos pocos clubes que, actualmente, tiene todavía un patrocinador privado: la empresa de charcutería alemana Picken. Cuenta con el apoyo de dos instituciones (Diputación y Ayuntamiento de Valencia) y también se ha convertido en el equipo femenino por definición de la Universitat de València, haciendo buena, además, la condición de universitarias de la práctica totalidad de jugadoras del primer equipo. A pesar de ello, el club sabe que tiene que hacer equilibrios para, año tras año, llevar de forma compensada y consciente la economía de la entidad.

Precisamente el Senior Femenino es la joya de la corona. Ahora mismo es el segundo equipo de la Comunitat Valenciana, sólo por detrás del Ciudad Ros Casares.

El año pasado quedó a apenas un par de canastas de disputar la final por el ascenso a la categoría de plata del baloncesto español. Pero ilusiona su arranque de la nueva temporada, donde el equipo está reforzado y pretende, por lo menos, ganarse el ascenso en las canchas. Este año, una vez más, han ganado la Lliga Valenciana, una competición a la que están tienen perfectamente tomada la medida.

Los entrenadores del club son la pieza más importante del organigrama del mismo, ya que sin ellos sería imposible mover tal cantidad de equipos. Como siempre la gran base de ellos son jugadores del propio club, otros entrenadores de toda la vida y por último entrenadores los cuales han acudido al club por primera vez. Bajo la coordinación de Juan Fuentes, los jóvenes jugadores no sólo entrenan y juegan, sino que desarrollan todo tipo de actividades sociales.

Hablar del Claret es hacerlo de todo un símbolo del barrio de Benimaclet. Cientos de vecinos, de diferentes generaciones, han pasado por sus aulas. Y, desde hace muchos años, en el campo de juego resuenan los balones chocando ruidosamente con el suelo o tenuemente rasgando la red con un enceste.

Los partidos se disputan, por definición, en este terreno de juego, pero su propio gigantismo le ha llevado ya a extender su radio de acción a otros dos recintos: el Aulario de la Universitat de València y el pabellón de Benicalap. Pero, ahora mismo, el Picken Claret es el club de toda una ciudad.