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­No es fácil el papel del balonmano en el mapa deportivo. Ni valenciano ni español. Se trata de un deporte plenamente profesionalizado, con sueldos altos y exigencias igual de elevadas. Sin embargo, transita entre dos aguas: las que marcan a lo grande los grandes, grandes (fútbol y, varios pasos por detrás, el baloncesto) y los que ya empiezan a flojear en cuanto a profesionalidad absoluta y bien remunerada. Si a esto se añade el caos que suponen las competiciones nacionales, —sobre todo la masculina— en lo tocante a horarios y el paso a un segundo plano en las televisiones, los retos para el deporte de los siete metros se acumulan. En la Comunitat Valenciana,

Las elecciones han sido una balsa de aceite. De hecho, balonmano ha sido de las primeras federaciones que solucionó sus comicios. ¿Cómo ha sido eso?

Supongo que porque se han hecho bien las cosas y la gente está contenta. Y ademmás, porque hubo un consenso en todos los estamentos.

Sinceramente: ¿es difícil ser jugador de balonmano en el tiempo en que vivimos?

Está claro que, ahora mismo, el fútbol se lo come todo o casi todo. Necesitamos gente que esté interesada en fomentar el balonmano sobre todo a nivel de colegios e institutos. No es tanto un problema de jugadores como de pedagogía.

¿Y qué se le puede vender a un joven o a un preceptor para que se apunten a los siete metros?

Sobre todo, porque es un deporte formativo. Mientras en otros hay un componente económico de primer orden, en el balonmano hay mucho más equilibrio. Es un deporte de conjunto, prácticamente no hay individualismo, tiene un desarrollo físico completo y, por último, el que es profesional también puede ganarse la vida bien ganada. Todo eso es algo que está demostrado.

El balonmano es un deporte que, al nivel de exigencia económica que tiene, requiere apoyo institucional. Muchos clubes, sobre todo en la élite, sufren mucho para no desaparecer.

Por supuesto que hace falta el apoyo. Si a un político le interesa un deporte, el interés por el mismo sube. ¿Habrá que esperar a que nos pase eso?. Me conformaría con que haya una concienciación para llevarlo a los colegios.

¿Ha sido importante el ascenso a liga Asobal del Alser Puerto de Sagunto?.

Muchísimo porque sirve para llenar un hueco que faltaba. Ahora ya tenemos dos equipos masculinos y bastante separados geográficamente, con lo que hay más sitios donde se pueden ver a los mejores equipos y jugadores del mundo. Es fundamental porque si vas a un pabellón a verlos, te enganchas. Y tener ahora un gran equipo en el sur y otro en el norte tiene, por fuerza, que generar expectación

¿Echa de menos el tiempo en que Valencia o Alzira y Alicante tenía a dos de los mejores equipos de España...?

No, porque hay que vivir el presente. Tenemos lo que tenemos y no soy llorón. En balonmano femenino somos la primera potencia cuantitativa y cualitativamente.

Si, pero el Ribarroja ha desaparecido y el Mar Sagunt está a un paso.

Pero ha aparecido con energía el Monóvar, que parece que va a mantenerse sin problemas y con un ayuntamiento que se vuelta. Es ley de vida y, como queda demostrado, es una cuestión de conciencia institucional y detener claro todos que un club desempeña una labor social importante.

El caso es que el mapa está muy volcado hacia el sur. Elda, Alicante, Monóvar...

Y antes estaba en Valencia. Lo importante es que hay jugadoras y valencianas.

A la federación de balonmano se le nota especialmente feliz por los éxitos de la selección juvenil.

Sí, porque son tres años consecutivos y eso no es ya fruto de una generación buena. Ya lo han ganado dos formaciones totalmente distintas y eso quiere decir que la cantera funciona. Si conseguimos mantener esa dinámica, habremos dado un paso adelante muy importante, y más si estas jugadoras se van incorporando firmemente a los equipos profesionales.

¿Qué novedades cabe esperar con el arranque de la legislatura?

Sobre todo, que hemos conseguido unificar toda la historia del balonmano en la Comunitat Valenciana. Estamos ultimando una enciclopedia en dos tomosque presentaremos en una gala que vamos a institucionalizar a final de temporada.