­César nunca pierde la sonrisa, aunque el dolor le carcoma por dentro. Contra el Glasgow sufrió algún que otro pinchazo pero se mantuvo firme bajo la portería. Ayer, en su día libre, acudió a tratarse a la Ciudad Deportiva. Quiere, bromea, tener engrasada la maquinaria.

¿Vuelven a sonreír?

Ganar 3-0 en Champions es para estar feliz. Este partido era crítico porque nos jugábamos depender de nosotros mismos y, por lo menos, eso lo hemos conseguido. Ahí estamos.

Vamos, que sobre todo lo que han ganado es una dosis de autoestima.

Interiormente eso no lo habíamos perdido, pero sí es verdad que estábamos sumando resultados no buenos. Hay que pensar que ganar cuesta mucho trabajo y sufrimiento. Sabemos que el trabajo que estamos haciendo es bueno y hay que seguir hacia adelante sea cual sea el resultado. Creer en nosotros mismos es vital porque un resultado adverso puede llegar en cualquier momento. Ganar siempre es la mejor medicina porque ayuda a trabajar de otra forma.

¿Se había dejado de creer?

No, pero ganar ayuda a llenar el depósito de la confianza.

La actitud contra el Glasgow no fue la misma que contra el Zaragoza, ¿por qué?

La actitud siempre ha sido buena, pero la temporada es larga y las cosas no siempre salen como las planificas. A veces, puede parecer que la intensidad no es la misma, pero la actitud siempre es buena. Hay factores que condicionan los partidos como, por ejemplo, un rival que se cierra, uno que se ponga por delante y es difícil superarlo, que la gente está cansada, o que no siempre se tiene el mismo «feeling». Zaragoza o Mallorca hicieron un trabajo similar al del Glasgow pero tuvieron la suerte de ponerse por delante. La gente, por lo que he podido hablar con amigos de unos y otros equipos, nos respeta mucho.

Ganar al Glasgow, ¿ayudará a saber ganar al Sevilla?

Si mantenemos el ritmo de juego y el nivel, estaremos cerca. La lógica dice que, si haces las cosas bien, estás más cerca de ganar. Habíamos preparado y mucho el partido; sabíamos que ellos nos iban a dejar el control del juego, que iban a estar cerrados atrás, saliendo a las contras de forma peligrosa y así fue.

Se recupera y juega. Se queja durante el partido y no lo cambian. ¿Es el único imprescindible?

No digas eso, por favor. Ni de coña. Aquí no hay nadie imprescindible. Hay que respetar el trabajo de todos y la gente que sale lo hace fenomenal. Estoy muy feliz y contento de tener a los compañeros que tengo. Moyà y Guaita merecen mi respeto y mi admiración porque están demostrando ser unos auténticos profesionales, más allá de lo que yo había conocido. El primero que me felicitó tras el partido contra el Glasgow fue Moyà y eso, te lo juro, me pone la piel de gallina porque es un chico excepcional.

Cuartos en Liga, prácticamente en octavos de la Copa del Rey y con la clasificación encarrilada en Champions, ¡cualquiera, tras las críticas de los últimos días, lo diría!

Estamos ahí. Hoy en día, ganar de forma fácil sólo está al alcance de unos pocos. Los partidos contra Mallorca y Zaragoza nos han fastidiado bastante, pero hay que seguir. El equipo está vivo en todas las competiciones y, en la Liga, aún podemos hacer algo para recortar puntos y estar ahí arriba.

Una victoria que está premiada con dos días libres.

No, ya los teníamos.

No, tenían un día y una mañana.

Bueno, el jueves tocaba baño y masaje.

El lunes toca jugar en el Sánchez Pizjuán, ¿es el momento de ganar a un grande?

No hay que tomárselo así. Me gusta ser positivo y eso es un reto más. Ganar en estos campos no es sencillo porque son equipos que tienen mucha calidad. Los equipos que están arriba lo están por algo. Me lo apunto, es un reto más.