Los problemas extrafutbolísticos del valencianista Miguel Brito parece que vuelven a aflorar. El futbolista portugués Miguel ha sido acusado por la Fiscalía lusa en un caso de violencia y posesión ilegal de armas, un delito castigado con hasta cinco años de cárcel, por el tiroteo ocurrido a las puertas de la discoteca RS Dreams, en Seixal, en diciembre de 2009.

Aunque el ministerio Fiscal no ha divulgado los nombres de las siete personas implicadas en los hechos -en los que la Policía sí identificó a Miguel- un portavoz de la institución confirmó hoy que han sido acusados formalmente de diferentes delitos, entre ellos secuestro, robo y tenencia de armas.

La prensa portuguesa informó hoy ampliamente de que contra el futbolista pesa el cargo de posesión ilegal de armas y su participación en los incidentes fue confirmada por las autoridades Policía cuando se produjeron, hace más de un año.

Ni el futbolista ni sus representantes legales han comentado los hechos a la prensa lusa y Miguel ha cambiado además de abogado, confirmaron a Efe en su antiguo bufete.

La Fiscalía tampoco ha revelado qué cargos de los tres formulados en el caso -robo, secuestro y posesión de armas- corresponden a cada uno de los implicados, aunque la prensa lusa atribuye sólo este último al lateral derecho del Valencia.

Según el Ministerio Público, los acusados "formaban parte de un grupo especialmente violento" y en las viviendas de algunos de ellos se encontraron "armas de fuego prohibidas, puños americanos, un bastón metálico extensible y armas de descarga eléctrica" que sólo tenían por objetivo "ser usadas en agresiones".

El incidente, según explicó en su día una fuente de la Policía de Seguridad Pública del país vecino, se produjo cuando un grupo de personas, entre ellas Miguel, intentaron entrar en una discoteca a las cinco de la madrugada, cuando ya había cerrado.

Los agentes de seguridad del local impidieron la entrada y fue entonces cuando se produjo un altercado donde hubo algunos disparos, que impactaron en un automóvil estacionado en las inmediaciones. Dos horas después, el mismo grupo regresó a la discoteca, pero ya los esperaban agentes de la PSP y fueron llevados hasta comisaría.

El defensa valencianista siempre negó cualquier implicación en el tiroteo, pero el comisario encargado del caso, José Ramos, según revela el citado diario lisboeta, tiene pruebas periciales—restos de pólvora en las manos del jugador portugués—y testificales—varios testigos que aseguran que vieron los disparos—que implicarían a Miguel Brito en el suceso y por el que podría ser condenado por posesión ilegal de armas.

La agencia estatal Lusa informó de que la Fiscalía intentó notificar la acusación en varias ocasiones y sin éxito al ex futbolista del Benfica y ex internacional luso en su domicilio en Portugal, pero decidió procesarlo igualmente tras cumplir las diligencias necesarias. Según ese medio en la puerta de la residencia de Miguel se acumulan varias órdenes judiciales sin abrir relacionadas con otros procesos por problemas con el fisco.