"Vamos a tener que correr mucho en el mes de marzo". Así se refería ayer Roberto Soldado al mes de competición que le aguarda al Valencia desde mañana domingo, cuando visite San Mamés. "Tenemos cinco partidos muy intensos en poco tiempo, pero hay que tener paciencia y tranquilidad porque paso a paso se logrará el objetivo de cada encuentro", anticipaba el delantero valenciano.

El calendario depara rivales directos, desplazamientos complicados y la resolución de la eliminatoria de Liga de Campeones contra el Schalke 04, en la que el Valencia parte con una ligera desventaja después de empatar en el encuentro de ida en Mestalla. El éxito o el fracaso de la temporada valencianista despenderá en buena medida de lo que sea capaz de sumar en estas semanas. A su favor cuenta con el generoso colchón de puntos amasado los últimos dos meses, con nueve partidos imbatido.

Después de pasar por San Mamés, donde espera un Athletic Club muy poderoso en su estadio y con Fernando Llorente en estado de gracia, el próximo miércoles recibirá en Mestalla al FC Barcelona, líder intratable de la Liga. Dejados atrás dos partidos de máxima intensidad, el Valencia deberá visitar el estadio del Mallorca, que como local ha firmado grandes encuentros y que en el partido de la primera vuelta ya derrotó al conjunto de Unai Emery.

Sin momento para la tregua, el miércoles 9 de marzo el Valencia se jugará su continuidad europea contra el Schalke 04. Además del prestigio deportivo, buena parte de las previsiones económicas dependen de pasar a cuartos de final del máximo torneo europeo.

Solo después de visitar Alemania el calendario se toma un ligero respiro. El equipo blanquinegro jugará a domicilio contra un Zaragoza muy necesitado, que lucha por escapar del descenso. El mes de marzo se cerrará recibiendo al Sevilla. El conjunto andaluz, antiguo rival directo, está descolgado de la clasificación pero reúne un gran potencial.

La clave estará en controlar la posesión

Para salir airoso de San Mamés, el Valencia no tendrá que despegarse de la pelota. Controlando la posesión, afirma Roberto Soldado, se tendrá mucho ganado para evitar que el Athletic Club lleve el partido al terreno que más le interesa, del que saca petróleo en cada envite en "La Catedral": el juego directo y los balones por alto. "Poco se puede hacer para frenar el juego directo. Sobre todo, las segundas jugadas -que el Athletic propicia con los balones que baja de cabeza Llorente- tienen que ser nuestras. En su casa es un rival muy fuerte con una afición que aprieta. Sabemos lo que nos vamos a encontrar y será un partido intenso en el que habrá que estar muy concentrados. La posesión será importante para tener el control del partido y aunque en San Mamés es difícil, será vital para lograr la victoria", indicó.

El delantero defendió la capacidad de reacción del equipo, después de los empates consecutivos en casa contra el Schalke 04 y el Sporting: "Nos hemos levantado de situaciones peores y sabemos que el domingo no podemos tener dudas", explicó.

Por último, Soldado descartó que tras la lesión de tobillo de Aduriz, que estará como mínimo un mes de baja, la responsabilidad goleadora del equipo dependa exclusivamente de su acierto: "Es una pena que Aritz no esté entre nosotros, pero entre todos tenemos que intentar que no le echemos en falta y Jonas puede echarnos una mano. Hasta ahora las ausencias no se han notado".