Afirmaba ayer la alcaldesa Elena Bastidas, en su discurso protocolario de inauguración, que asistíamos a una "jornada histórica". Y es cierto. El calificativo, tan devaluado por su excesivo uso, cobraba ayer todo su profundo significado. Se inauguraba un trinquet, innovador, espectacular, pensado al detalle. Se hacía en una localidad con vocación de capital comarcal, por lo que este recinto se convertirá en centro referencial de la pilota en toda la Ribera del Xúquer y aún más allá. Resulta difícil entender que no se trasladen hasta allí los grandes duelos aunque este trinquet cobrará rentabilidad social gracias al club, con más de setenta pelotaris inscritos en las competiciones federativas de "raspall".

Un aforo de 1.300 espectadores

El trinquet tiene una capacidad para 1.300 personas. Unos graderíos frontales donde el espectador, cómodamente sentado, sigue la pelota sin perder detalle, gracias a los rebotes de cristal, en los que la pelota no miente nunca. Una pared sobre la "escala", con amplio ventanal de vidrio. Dos galerías laterales. No hay "palquet" para hacer más intenso el juego. Un diseño exterior e interior innovador. En toda la obra se percibe un seguimiento hasta el mínimo detalle por gentes interesadas en que nada falte, todo se contemple. Las paredes, espléndidas. Y el color, blanco luminoso. Quizás para la televisión habría que estudiar un piso de color que rompa la monotonía y una publicidad que ofrezca colorido. En todo caso la referencia del revolucionario azul ha quedado aparcada en favor de la practicidad, de la rentabilidad energética y de la tradición. Aquí no habrá que pintar pelotas en cada partida. Y se va a jugar todos los días del año. Y la televisión acude cuando acude. Son las razones que exhiben las gentes del club presidido por un exultante Eduardo López, que ayer tenía motivos para sentirse legítimamente orgulloso. No le falló nadie. Porque la jornada adquiría trascendencia histórica si consideramos que acudió todo el mundo de la pelota, desde Juliet a Rovellet, desde Eusebio a Pigat I, desde Batiste a Balduino, Sarasol I, Vicente, Fredi y Genovés, que, una vez más se llevó la ovación más encendida de la mañana cuando restó tres o cuatro de su marca en la exhibición preliminar.Las partidas estelares reunieron a las primeras figuras de la "escala i corda" y del "raspall".

Que conste para la historia que Álvaro y Dani vencieron a Miguel y Javi por 60 a 40 y que la pareja de Waldo y Moro se impusieron a Loripet, Alberto y Coeter II por 25 a 10.