Que el viejo Mestalla es un estadio inadaptado es algo sabido. Pero la queja de un aficionado culé ha servido para caer en la cuenta de que esta inaccesibilidad condenará a los seguidores discapacitados que acudan a la final de la Copa del Rey, en este caso los del FC Barcelona, a presenciar el partido con sus adversarios del Real Madrid.

Tampoco es que sea ninguna novedad, como se encargaron ayer de matizar desde el club valencianista. Cierto es que ha sucedido en todas las finales que ha acogido este estadio. La última, la de 2009, que midió al Athletic de Bilbao con el Barcelona. Pero como ocurre en cuestiones relativas a las minorías sociales, una oportuna protesta ha puesto en cuestión tanto la accesibilidad de un estadio de elite como la planificación de la seguridad de un partido de alto riesgo. Por el momento, el FC Barcelona ya ha solicitado a la organización de la final de copa que se refuerce con más agentes la zona del estadio donde se acomodará a las personas con alguna discapacidad.

La distribución de los 40.000 aficionados del Madrid y el Barcelona, 20.000 para cada equipo, ha situado a los seguidores merengues en la zona sur del estadio, justo donde se encuentra el espacio que Mestalla destina a los discapacitados. A todos los discapacitados. Esto significa que los aficionados blaugranas con alguna discapacidad, no sólo deberán presenciar el partido con los del Madrid, sino que estarán rodeados del resto de los aficionados rivales, incluidos los más radicales: "Es injusto porque nos impedirá lucir camisetas, bufandas y celebrar los goles como hubiéramos querido", comentó ayer a Levante-EMV Álex Ruiz, el seguidor barcelonista de 24 años que reclamó, a través de Catalunya Radio, una "solución provisional" en la zona que ocuparán los aficionados del Barcelona en Mestalla.

El seguidor azulgrana se puso en contacto tanto con el Valencia como con la Federación, "pero me han dicho que no pueden hacer nada" porque el estadio tiene unas condiciones determinadas y no van a modificarlas por un partido. Fuentes del club valencianista han reconocido que en la rampa del gol sur de Mestalla apenas pueden acomodarse un máximo de 25 aficionados, una cifra que no responde a las necesidades reales de la afición, como confirman desde el club, que explican que durante la temporada "hay cola" para coger sitio y que es un asunto que "nos preocupa".

Las mismas fuentes recordaron que el viejo Mestalla "tiene sus limitaciones porque es un campo concebido en una época en la que, por desgracia, no había tantas personas discapacitadas que acudían a los campos", y han advertido que el nuevo estadio, cuyas obras llevan paralizadas dos años, incorporará los últimos avances en materia de accesibilidad. Según han explicado, los dos primeros anillos del nuevo estadio son diáfanos y accesibles a los discapacitados. "Las personas con alguna discapacidad podrán acomodarse en la parte baja de todo el perímetro del terreno de juego, y el resto de la instalación cumplirá con la normativa vigente", aclaran.