Corren malos tiempos para el deporte. No es momento para la épica y las noticias negativas se acumulan en los últimos días, cumpliendo con ese aforismo americano de Not news, good news (última dedicatoria al exconseller Strawberry Fountain). Aquí hay noticias y son malas. Empecemos por el admirado FC Barcelona, cuya junta directiva ha decidido recortar el presupuesto de sus secciones deportivas. No es tan grave como lo que hizo en su día aquí con el Valencia CF, Paco Roig que se cargó de un plumazo 70 años de historia, pero casi. A sus secciones profesionales les aplican una rebaja del 1% para el próximo año que irá en aumento hasta un 5% en 2016. En ese año, la reducción alcanzará con el acumulado, el 50%. Los hoy 48 millones se quedarán en 24,5, según las fuentes oficiales. Dicen éstas, para justificarse, que las cuatro secciones profesionales (baloncesto, balonmano, hockey patines y fútbol sala) tienen unas pérdidas de casi el 85% de su presupuesto (40,7 millones), pues sólo generan el 15% de ingresos (7,2 millones). Más triste aún que esas secciones profesionales, es lo que pasará con las no profesionales (es un decir), a las que se les aplica una nueva filosofía: que sólo compitan en ligas catalanas. Estas secciones entre las que se encuentra el atletismo, donde son campeones de copa, el beisbol, donde serán campeones esta temporada, o el hockey hierba, de gran tradición, sólo consumían el 0,84 del presupuesto total: 3,55 millones. Los de beisbol ni siquiera seguirán. Se disuelve la sección, porque, dicen, son casi todos profesionales. Extraña esa actitud de un club que llevaba en sus venas la tradición multideportiva y que ya casi era el único de fútbol con esas características. Y más extraña aún, cuando su presidente, Sandro Rosell, garantizó que se potenciarían las secciones. Debió ser en época electoral.

Malos tiempos corren también para el fútbol profesional inglés. A pesar de ser la liga más vista del planeta, no han ganado nada este año fuera de sus fronteras y están en la ruina. Un informe de la consultora Deloitte, afirma que la situación financiera de los clubes de la Premier es insostenible. Y cuidado que allí cotizan en Bolsa. Las pérdidas de la temporada 2009-10 alcanzan los 507 millones de euros, aumentando casi el 100% respecto a la anterior. Peor es la deuda acumulada, que llega a los 3.990 millones, la mayoría de ella perteneciente a sus cuatro clubes más conocidos: los dos de Manchester, el Chelsea y el Liverpool. ¿Les suenan?. Pues muy parecido a lo de aquí que andamos, también, por los 4.000 millones de deuda. Y ojo, que la UEFA ya ha aprobado lo que llaman juego limpio financiero, una posible explicación parcial de las rebajas del Barça a sus secciones. Porque en poco tiempo, atenta la compañía (léase Madrid, Valencia, At. Madrid…), quien tenga deudas de cierto nivel no podrá acceder en las competiciones europeas. Recuerden que ya le pasó al Mallorca.

Otra mala noticia es de casa, y va por el camino contrario al que estamos comentando: el anuncio de las conversaciones entre la Generalitat y Bernie Ecclestone para prolongar la celebración de la Fórmula 1 hasta el 2020. Nada más ni nada menos. Serían seis años más de los que hay ahora apalabrados, hasta 2014. Así que de renunciar a lo que queda de compromiso, nada de nada. Lo del ahorro que propugna Mariano Rajoy debe ser para Castilla-La Mancha, no para Valencia. Que se pague muy tarde a los proveedores, que las federaciones reciban su dinero con un año de retraso, que sea la nuestra autonomía más endeudada, no tiene importancia. La F1 lo tapa todo, porque como dijo el Vicepresidente Vicente Rambla, «permite ofrecer una imagen moderna, dinámica, y capaz de proyectar empresas y empresarios en el exterior». Toma ya, Alicia en el país de las maravillas. Pero, ya veremos, porque la broma, esos nueve años que quedan hasta el 2020, puede costarnos, según han publicado algunos medios, entre 180 y 270 millones de euros.

Pero no pasa nada, entre otras cosas, porque de momento el deporte ha desaparecido de las preocupaciones del principal grupo de la oposición. El otro día me quedé estupefacto. Leí una noticia, la última mala de la semana, en la que venía el reparto de áreas trabajo del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, entre sus ocho concejales, cuatro menos que antes. No figuraba el deporte. ¿Habremos vuelto a 1970?, me pregunté?. Seguramente, será un pequeño olvido o estará asumido como una subárea dentro de educación y participación, o de bienestar social y sanidad. ¿El deporte una subárea que no merece ni estar en la primera fila de las preocupaciones?. Pues amigos, van a sufrir, porque genera muchas más noticias que casi todo el resto. Luego no se quejen de que no les voten.