Tamara García

valencia

Primer día de entrenamientos y comienzan a llenarse las gradas del circuito urbano de Valencia. Día perfecto por un lado para el público que llegaba con ganas de ver rodar a sus ídolos y para las tiendas de "merchandising" que se encuentran situadas en un sitio muy tentador. Concretamente en la zona de descanso y de paso a los puestos ambulantes de comida, bebida y helados de la entrada principal. Alrededor de las 9 de la mañana se abrían las puertas al público y los primeros en entrar iban cargados de mochilas, con gorras de todas las clases y sombreros para protegerse del sol. Aunque la suerte que tuvieron fue que a primera hora todavía el sol no quemaba demasiado, porque el día amaneció con el cielo cubierto de nubes.

Entre el público destacaba una pareja de ingleses que sacaba de sus bolsas protección solar y comenzaban a untarse por todo el cuerpo. Pero no fueron los únicos. Cuando la Fórmula 1 descansaba, toda la actividad se concentraba en los puestos de "merchandising" y de comida rápida. Llamaba la atención que en las tiendas oficiales sólo vendían productos de las escuderías Ferrari, Mercedes y Red Bull. Lo que indica que un seguidor de Force India o Hispania no podía llevarse a casa el recuerdo de su equipo.

Lo de los precios es otro cantar. Una gorra sencilla de Ferrari cuesta alrededor de 30 y 40 euros, y cualquier camiseta oscila entre los 40 y 60 euros. Puede parecer elevado, pero las tiendas estaban repletas, y el espectador parece que sabe a lo que viene. "A las 9.30 estábamos dentro, y una vez hemos llegado a la grada hemos visitado la zona de las tiendas. La pega que vemos es que con nuestra entrada sólo podemos acceder a esta zona y cuando ya lo has visto todo no hay mucho más que hacer. Y con estos precios no se puede comprar nada", comentaban Pablo y Sheila, que venían de Zaragoza. El caso de esta pareja contrastaba con la cola que había en la tienda oficial de Ferrari. Al parecer, la fidelidad de los aficionados puede con el desorbitado precio.

Un negocio completo

Pero el que tiene montado el negocio del siglo es el dueño del restaurante Los Bestias, en el interior del circuito, en la recta de meta. Con el estilo que le ha caracterizado siempre, si de algo no se puede quejar es de clientela. En la misma puerta descansaban a la sombra algunos de los seguidores, mientras bebían sus jarras de cervezas acompañadas del típico bocata de jamón y queso. Una opción interesante para los que quieren ahorrarse algo de dinero. Porque por menos de 10 euros tienes la comida solucionada -la jarra doble de cerveza cuesta tres euros y medio y un bocadillo alrededor de cinco euros-.

Sin embargo otros preferían comprarse el bocadillo o incluso traerlo desde casa y comérselo tranquilamente en las zonas verdes, tirados sobre el césped o por los alrededores sentados en las aceras viendo las pantallas. "Hemos preferido traernos de casa la comida y hacer un picnic en el césped. Cuando vuelvan a salir los monoplazas de Fórmula 1 volveremos a las gradas, pero de momento en la sombra estamos mejor", comentaba Laura Segura.

Después de los entrenamientos se inauguró una jornada de puertas abiertas para todos los visitantes que hubieran canjeado sus cupones en los establecimientos oficiales. La visita incluía un recorrido por el circuito urbano, pero en esta ocasión sin la presencia de los pilotos en los "boxes". Aunque hacerse una foto en la recta de meta no tiene precio. Hoy volverá a repetirse la actividad para los que no pudieron ir ayer.