El Valencia retomará las obras del Nuevo Mestalla, paradas desde hace 1.023 días por falta de liquidez, después de alcanzar un acuerdo con Bankia, que le permitirá inaugurar el recinto de Corts Valencianes en un plazo aproximado de dos años. En ese pacto, negociado durante meses, se confirma que Bankia, junto a un grupo de inversores privados ligados a la construcción, se hará cargo de las parcelas del antiguo Mestalla —unos 70.000 metros de suelo residencial—, a cambio de la deuda bancaria de la entidad, que ronda los 240 millones (la deuda total es de 368 millones). Para acabar el futuro estadio queda pendiente una inversión de 140 millones, que el Valencia obtendría mediante un nuevo crédito. Esa solución es la que dejaba entrever el club ayer al afirmar que se ha asegurado «una financiación a medio plazo en condiciones de mercado y ajustada a sus actuales niveles de ingresos».

En el Valencia, que ha contado con el apoyo institucional de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, la satisfacción era total. El presidente Manuel Llorente calificaba de «hito histórico» el acuerdo alcanzado. «Es un día que queda para la historia y que hace muy felices a decenas de cientos de miles de valencianistas que pronto verán jugar a su equipo en uno de los mejores estadios de Europa. La nueva casa del Valencia permitirá al club dar un salto de calidad en todos los ámbitos», señaló. Para Llorente, las claves para encontrar la solución se han basado en «el compromiso de Bankia con Valencia» y «la solvencia del club» demostrada con sus activos patrimoniales.

En el comunicado emitido ayer por el Valencia, Llorente reiteraba su agradecimiento a la entidad presidida por Rodrigo Rato. «Quiero agradecer de una forma muy especial a Bankia, una vez más, todos los esfuerzos y el trabajo realizado para colaborar en el futuro del club y del valencianismo. Ha sido un trabajo conjunto de muchos meses y que, finalmente, se ha logrado gracias a la voluntad, el esfuerzo y la colaboración de las dos entidades», indicó el máximo dirigente blanquinegro.

«La modificación será mínima y tendremos uno de los mejores estadios de Europa»

La negociación con Bankia, llevada a cabo por Manuel Llorente y Javier Gómez, culminó en el día de ayer. Sobre las ocho de la tarde, el club colgaba en su página web el acuerdo alcanzado con la entidad financiera. «Estamos muy contentos porque es el día en el cual vemos unas perspectivas para el Valencia fenomenales y en el que podemos decir que el inicio de las obras del campo están cerca, lo cual es un motivo de satisfacción, de alegría, y de ver que está dando fruto el esfuerzo y el trabajo que se está haciendo en este club en los últimos meses», manifestaba Llorente en declaraciones ofrecidas por el Valencia.

Fuentes del club aseguraban ayer que en los próximos días, Llorente dará explicaciones más detalladas de la operación. «Es cierto que el club tiene unos activos importantes que han hecho posible este acuerdo con Bankia, y también tenemos que agradecer mucho a Bankia la aportación y el esfuerzo que está haciendo con el Valencia, con esta operación y en esta financiación. Hemos visto que Bankia apuesta por el Valencia y por el valencianismo», incidía el presidente del Valencia, en una clara defensa del papel jugado por Bankia, tal como ya hiciera en la última junta general de accionistas. Respecto a en qué quedará el faraónico proyecto que Juan Soler imaginara un día y presentara por todo lo alto, Llorente apostó por un mensaje tranquilizador. «El nuevo estadio estará tal y como estaba diseñado, con alguna modificación mínima, pero que sepa la afición que el Valencia tendrá uno de los mejores estadios de Europa», aseguraba.

Mudanza sin la cubierta

En la operación queda pendiente la inclusión de los terrenos de la ciudad deportiva de Paterna en los activos inmobiliarios absorbidos por Bankia y el grupo de inversores privados, extremo no confirmado por el club, y la posible venta de la torre de oficinas del nuevo Mestalla. Todo apunta a que el equipo de fútbol podría mudarse al nuevo estadio a mediados de la temporada 2013-14, sin que sea necesario que esté completado la espectacular cubierta, como ya ha dejado caer en más de una ocasión Llorente.

La venta de las figuras

De esta manera, el Valencia completa la operación patrimonial de mayor calado de su historia reciente. Y lo hace todavía inmerso en una grave crisis financiera, que elevó la deuda de la entidad en 2009, con la llegada a la presidencia de Manuel Llorente, en 550 millones de euros y con grave riesgo de disolución de la entidad. La maniobra de choque en los dos primeros años de gestión se ha basado en la venta de las principales figuras del equipo, cuyo rendimiento deportivo no se ha visto resentido. Sólo con los traspasos de Villa, Silva y Mata se generaron 100 millones de euros.

El proyecto ha estado siempre rodeado de polémica desde que en octubre de 2006, el Ayuntamiento de Valencia aprobara la recalificación de los terrenos del viejo estadio (de uso deportivo a residencial y terciario). La resolución contó desde un inicio con la oposición radical del PSPV, que llevó el tema a los tribunales. Con Llorente al mando, y sus gestiones personales con el secretario general de los socialistas, Jorge Alarte, se hizo posible la retirada del contencioso administrativo. Era el primer paso para desbloquear la operación urbanística.