Los padres de familia con hijos menores de edad hicieron bien los deberes anoche. Los Reyes Magos "encargaron" los regalos antes del comienzo del partido y Mestalla vivió una animada noche copera. Casi cuarenta mil personas -concretamente treinta y ocho mil- quisieron disfrutar de la víspera mágica presenciando el primer envite de los octavos de final de una competición clave para el futuro deportivo del Valencia esta temporada.

Eso sí, los niños no fueron los protagonistas, como en la cabalgata precedente por las calles de la ciudad. Los nervios y el cansancio del grupo infantil a tales intempestivas horas y en una noche tan especial, les dejó en casa. Consecuencias del horario impuesto por los derechos televisivos y a los que el club albinegro tiene que amoldarse. De ahí la campaña mediática en los días previos para captar aficionados en una velada tan antifutbolística... hasta anoche. Otros, más privilegiados, recibieron su presente adelantado, asistiendo por primera vez a Mestalla, como muchos de los que se hicieron la foto oficial con sus ídolos o como Álvaro, de 11 años, portero alevín del Barrio de La Luz, que anoche vivió uno de esos recuerdos inolvidables. "A ver si marca Soldado", apostaba, pero fue Jonas el que le dio el honor de ver su primer gol en directo y él abría la eliminatoria.

La noche tuvo también sus protagonistas. Sobre todo el del duelo de delanteros seleccionables por Del Bosque, Soldado y Negredo. Dos jugadores de corte rematador, y que van a vivir una auténtica carrera para ver quién estará en la Eurocopa de Polonia y Ucrania. La ventaja la lleva el delantero sevillista, que ya fue convocado, pero la progresión y el estado de forma es para el valenciano. Dos buenos elementos que bien pueden coincidir como compañeros vestidos de rojo y que tendrán otra buena reválida la semana próxima en Sevilla. Un campo donde estará de nuevo Palop, que ayer reapareció en su exescenario de trabajo con indumentaria de perfil carcelario.

Y tras Mestalla, algunos Reyes Magos siguieron de compras.