Llegó a Valencia hace poco más de diez días acompañada por su madre y desde el primer momento se ha convertido en el principal foco de atención en el Ciudad Ros Casares. Tanto dentro como fuera de la cancha es evidente que es un referente, algo a lo que está más que acostumbrada pese a sólo contar con 22 años. «Me gusta la presión, sé que las expectativas que todos tienen conmigo son muy altas y lo agradezco. Tanto el entrenador como el club confían en mí, al igual que yo, ya que soy la primera que espero mucho de mí misma», confesó Maya Moore al pie de su taquilla en el vestuario del conjunto valenciano.

Allí es donde charló acerca de estos primeros días en la ciudad y, sobre todo, de su adaptación al club y al grupo de trabajo encabezado por el técnico, Roberto Íñiguez. «Estamos teniendo un buen inicio de año. Jugamos juntas, como equipo, y aunque estamos cometiendo algunos errores lo importante es que estemos todos juntos en esto», subrayó. «Todos en Valencia están haciendo un gran trabajo para ayudarme a adaptarme cuanto antes, es fantástico. Estoy muy agradecida y por eso voy a trabajar muy duro. El Ciudad Ros Casares siempre ha sido un gran equipo y que lo siga siendo depende ahora de nosotras», continuó Moore.

Algo de lo que, tras ser elegida número 1 del draft y ganar su primer anillo en la WNBA, está plenamente convencida. Y es que para la de Jefferson City una plantilla de tanta calidad está llamada a conquistar varios títulos en este 2012. «Tenía ya muchas ganas de llegar aquí y competir. Mi intención es mantener un gran nivel dentro de un equipo que ya he visto que tiene mucho talento. Por eso estoy segura de que los títulos vendrán y quiero ayudar al máximo al equipo para conseguirlos», confirmó la nueva jugadora del Ciudad Ros Casares que, al margen de los títulos, prioriza ahora otros objetivos menos ambiciosos a corto plazo: «Mi primer objetivo ya lo cumplí en el primer partido que jugué, y el siguiente en el siguiente partido. Con esto quiero decir que hay que ir paso a paso para adaptarme al juego del equipo mientras me preparo para la competición».

Por último, Maya Moore también se acordó de los aficionados, de los que dijo que «son geniales, increíbles, me han transmitido mucha energía» y admitió que en la WNBA se juega «con otro ritmo, aunque todo es baloncesto».