La rabia con la que Aduriz celebró el gol que significaba el 2-2 con el Villarreal, le sirvió al vasco para soltar toda la adrenalina acumulada desde el mes de octubre. Y es que, desde el gol contra el Getafe (3-1), el delantero no había celebrado un gol propio en Liga. Y lo necesitaba. Mañana, ausente Roberto Soldado por sanción, el goleador ya sabe que, por cuarta ocasión en esta temporada, será titular. Y obvio, está preparado.

Hasta ahora, el papel de Aduriz ha sido secundario y él, muy profesional, espera y acepta su nuevo rol. Sabe que el delantero vive de las rachas y que Soldado atraviesa un gran momento. Y es que, le vale recordar lo que ocurrió justo hace un año, cuando él jugaba -fue incluso llamado por Del Bosque para ir con la selección- y Soldado aguardaba su oportunidad. Ahora la situación es diferente. Pero no desespera.

Al vasco la presión no le atenaza, es más, afirma que le motiva para trabajar duro en el día a día, de ahí que el partido contra la Real Sociedad se convierta en toda una oportunidad, que no examen, para él. Aduriz, uno de los jugadores más querido por el vestuario, es consciente que muchas miradas se posarán en él el sábado pero se lo toma como "algo normal".

Pretendido por el Bilbao -ahora lo quiere para suplir al lesionado Llorente y porque era una promesa electoral del presidente Josu Urrutia-, el jugador insiste en querer cumplir su contrato con el Valencia porque se considera un hombre de palabra y piensa que los contratos están para cumplirlos. También, porque se siente querido y respetado por la afición y está convencido de triunfar en un equipo en el que se siente "muy cómodo".