Fernando Alonso ha querido ofrecer su particular homenaje al fallecido piloto italiano de MotoGP Marco Simoncelli. Para ello, no ha dudado en dejarse ver con una aparatosa peluca durante la exhibición de esquí y de automovilismo que la escudería Ferrari ha realizado este viernes en la estación de Madonna di Campiglio.

Este viernes se celebraba el último día de la concentración que tanto la escudería Ferrari (Fórmula 1) como Ducati (MotoGP) realizaron en el pueblo del norte de Italia. Una jornada destinada al uso y disfrute tanto de pilotos como de mecánicos, ingenieros o los propios periodistas.

Entre las actividades programadas se encontraba la prueba de esquí, en la que el asturiano Fernando Alonso se presentó con una gran peluca que lució durante todo el descenso. Sin embargo, la diversión no se quedó ahí ya que la tarde estuvo destinada a las ya tradicionales carreras de hielo.

La primera prueba, sobre kars, fue dominada por el piloto de motos Valentino Rossi, gran amante también de las cuatro ruedas. Los dos claros favoritos, el brasileño Felipe Massa y Fernando Alonso terminaron en segunda y tercera posición respectivamente, en una carrera tan profesional que tenía hasta coche de seguridad, conducido por el vicepresidente de la escudería de Fórmula 1, Piero Ferrari.

Durante toda esta semana, la estación de los Dolomitas acogió el Wrooom 2012, la informal reunión de pretemporada de la única escudería presente en todos y cada uno de los Mundiales de Fórmula Uno -desde su creación, en 1950- para la que el doble campeón asturiano quiere obtener el decimosexto título individual.

Ferrari cerró hoy su vigésima segunda reunión en Madonna di Campiglio, una de las perlas del Trentino, que hasta 2005 acogió pruebas de la Copa del Mundo de esquí alpino. Por eso, fue el deporte rey invernal el que centró la mayoría de las actividades de un encuentro previsto para el relajamiento, pero en el que también hubo, como es habitual, conferencias de prensa.

Alonso destacó en la suya que, más que sus rivales en la lucha por el título, lo que más le preocupa es el nuevo coche que la 'Scuderia' presentará el 3 de febrero en su cuartel general de Maranello, algo en lo que coincidió con el presidente de Ferrari, el italiano Luca Cordero di Montezemolo, que también se dejó ver en la estación de los Dolomitas.

Su compatriota Stefano Domenicali, el director deportivo, admitió el miércoles que Ferrari está en deuda con el piloto español, del que afirmó que es el que más tiempo ha visto pasar en Maranello en los veinte años en los que lleva en el equipo.

Y no hay mejor manera de agradecerle su compromiso que entregarle la herramienta necesaria para que pueda optar a un nuevo título en la categoría reina del motor. Según el jefe deportivo de Ferrari, se trabaja a tres turnos para perfilar el nuevo monoplaza y no se ha escatimado a la hora de contratar nuevos miembros con los que reestructurar el organigrama del equipo.

Domenicali anunció en Madonna dos nuevos fichajes: los del británico Steve Clark, como responsable de los ingenieros de pista; y del japonés Hirohide Hamashima, que lo será del área de neumáticos, que tantos quebraderos dio el año pasado.

Stefano es optimista, pero advirtió de que no se sabrá cómo es en realidad el coche "hasta la calificación del GP de Australia", el que abrirá el campeonato, el próximo 18 de marzo, en Melbourne.

Alonso fue bastante más cauto, pero también se mostró paciente al afirmar que no cree que exista "la obligación de ganar". El de Oviedo -que afirmó no ser "ni optimista, ni pesimista", porque aún no sabe cómo es un coche que sólo ha visto en el túnel del viento y los datos y números que le han mostrado en el ordenador- cree que el potencial verdadero del monoplaza se verá a partir de la segunda o la tercera carrera del certamen. Es decir, en Malasia o en China.

Fernando -campeón en 2005 y 2006- descartó sentir presión, ni urgencia por lograr su tercer título para la escudería con más solera de la F1. Lamentó que en su deporte apenas permitan entrenarse e indicó que si el coche es bueno, podrá optar a un título para el que también se postuló su compañero Felipe Massa.

El brasileño declaró que quiere volver a ganar carreras, ser tan competitivo como antes y que el principal favorito es él mismo.

Alonso, que pidió respeto por su vida privada, experimentó nuevas formas de velocidad esquiando en Madonna, la estación talismán de Ingemar Stenmark, plusmarquista de triunfos en la Copa del Mundo de esquí alpino.

El sueco ganó 86 veces. Donde más veces lo hizo (ocho) fue en la sede del Wrooom 2012, que se cerró hoy, precisamente, con una prueba de esquí, en la que Alonso -que también 'aceleró' a tope por las pistas del Trentino- tuvo que ceder el triunfo a su excompañero italiano Giancarlo Fisichella; y con una exhibición sobre el helado lago de Madonna, que se anotó Massa.