Paco Alcácer comprobó ayer cómo Rubén García, del Levante UD, lo reemplazaba en la concentración-convivencia de la selección española sub 19 en Las Rozas. Y es que, el canterano estará aproximadamente un mes de baja por una lesión muscular en los isquiotibiales. Una lesión que ensombrece aun más su debut liguero con el Valencia. La mala suerte se ha cebado con el delantero y le acompaña en las horas posteriores a sus estrenos. Hace cinco meses, Alcácer jugaba por primera vez en Mestalla y marcaba un gol contra la Roma en el Trofeo Naranja (13 de agosto). Era el debut perfecto de la considerada perla de la cantera. Pero, minutos después, y cuando el jugador recibía felicitaciones y elogios, el momento de gloria se quebró con el durísimo golpe que supuso contemplar como, en los aledaños al campo, su padre se desvanecía y moría de un paro cardiaco. Desde ese día, el jugador de 18 años no había vuelto a jugar con el Primer equipo. El sábado, y con el marcador en contra, Emery lo llamó para sustituir al lesionado Feghouli. Alcácer, dorsal 27, jugó 23 minutos.

Feliz por el debut, pero cabizbajo por la derrota, pasadas las 00,30 horas, el jugador salía de Mestalla con la camiseta como recuerdo. Pero Alcácer no se podía entretener; el delantero tenía prisa por regresar a su casa para descansar. A las 10,30 estaba citado en Paterna para el partido del filial contra el Orihuela. Y lo jugó (0-1). El pichichi, muy activo durante todo el encuentro, sufrió un pinchazo en la parte posterior del muslo izquierdo en el minuto 87 cuando encaraba al portero. Emery y Carcedo presenciaban el partido.

Jugar dos partidos en apenas 24 horas tiene sus consecuencias. El de Torrent conocerá hoy el alcance exacto de la lesión. Por la mañana, el valenciano se someterá a un resonancia magnética y, al mediodía ya se conocerá el resultado. El delantero, ajeno a la polémica que se ha generado por el hecho de haber jugado dos partidos oficiales en tan poco tiempo, consideraba ayer que la lesión era por mala suerte y no por una imprudencia.