­La suya fue una de esas apariciones explosivas, que tumban toda previsión y planificación deportivas. Un talento temprano que con su desparpajo y calidad envejece de golpe, un poco, a todo un equipo de fútbol. Juan Bernat (Valencia, 1993), hizo la pretemporada con el Valencia, como tantas otras promesas, como un premio a su progresión. Pocas semanas después se había convertido en el mejor jugador del verano valencianista. Bernat cambió los partidos improvisados en la playa de Cullera por las portadas de sus grandes actuaciones en estadios llenos de Hamburgo, Lisboa, Liverpool. Junto al torrentino Paco Alcácer, también de la cosecha del 93 y héroe de la selección española en el Europeo sub’19, el club de Mestalla rebosaba futuro en su base. Muy importante para una institución con unas estrecheces financieras que seguirán a medio plazo. Los dos atacantes neutralizaban el amargo sabor de boca que dejó la marcha de Isco Alarcón al Málaga.

El Valencia, con el buen tiento que no mostró con el mediapunta malagueño, reaccionó rápido y a mediados de agosto renovaba a su joya más preciada hasta 2015 y con una cláusula de 20 millones de euros. Todo iba muy rápido, tal vez demasiado. Desde la tranquilidad del juvenil a compartir taquilla con los ídolos. Pero todo era perfecto.

Luego llegó la primera jornada de liga. En una decisión aplaudida por la grada, Emery le dio la titularidad contra el Racing. La primera parte fue un desastre, una suma de desaciertos colectivos. El Valencia perdía 1-2 y el técnico actuó con la decisión, tal vez, más sencilla, retirando del campo a Bernat, revolucionado y poco vistoso, como el resto. Esa sustitución abrió un paréntesis de medio año con Bernat fuera de las convocatorias y alineaciones del Valencia, que no se cerró hasta ayer en Pamplona.

Bernat continuó entrenando durante dos semanas con el primer equipo y luego, en silencio, regresó al filial. Desde el club se replanteó que el jugador debía cumplir, sin prisas, la paciente hoja de ruta de todo canterano. Que cada paso, por pequeño que fuera, fuese firme. Su fulgurante aparición se fue evaporando. Nada cambió en apariencia cuando el primer equipo requería, por lesiones y sanciones, de algún zurdo. Feghouli se consolidó como un jugador de garantías y Unai creó de una alternativa puntual para sorprender al Barcelona, la de unir a Mathieu y Jordi Alba, una fórmula estable.

La racha de lesiones actual ha permitido que Unai Emery volviera a acordarse de un jugador del que no se había olvidado. Con el tiempo trascurrido, su regreso ya quedaba desprovisto de las contraproducentes expectativas para un jugador muy joven y recién llegado. Ayer, en el minuto 57, entró en sustitución de Jonas, para ensanchar el juego por bandas del Valencia, incapaz de adentrarse por el campo de minas que era el centro de la zaga osasunista. Media hora en un encuentro enmarañado pero en la que mostró de nuevo detalles del jugador descarado y veloz que es. Falta por ver si, tras esta vuelta a escena, Bernat tendrá continuidad en la rutina de entrenamientos y convocatorias o regresará de nuevo al Mestalla, a la espera de mostrar su eléctrico talento por la banda izquierda.

«Rápido y con gol»

En el club, la confianza en Bernat es la misma de siempre. Con motivo de su renovación, en agosto de 2011, el secretario técnico Braulio Vázquez valoraba las «grandes cualidades» del chico Bernat. «Es rápido, técnico, tiene gol y personalidad, pero me quedo con su humildad, compromiso y con sus ganas de trabajar», resumía el técnico gallego.

«Sabía que podía volver al equipo»

Bernat valoraba muy positivamente la media hora con la que contó para volver a reivindicarse con el primer equipo, después de casi medio año sin contacto con la realidad del primer equipo. El canterano, de 18 años, no esperaba formar parte de la convocatoria contra Osasuna y agradeció de nuevo la confianza de Emery «La verdad es que sorprendió entrar en la lista de convocados. Sabía que había bajas y podía volver a tener oportunidades. No tengo nada que valorar (por el tiempo que estuve fuera). El técnico decide a quien convoca y, si me llama, tengo que hacerlo lo mejor que pueda». levante-emv valencia