Los jugadores pasaron ayer en Valencia una tarde tranquila. Y es que, la mañana en Pamplona fue muy diferente a como acostumbra un domingo de partido. A las 9 horas, los jugadores ya estaban desayunando. O comiendo, según se mire. Como el partido era a las doce del mediodía, los futbolistas tenían en el restaurante para elegir un menú de autoservicio compuesto por pasta, pollo, cereales, mermeladas y dulces. Se trataba de acumular energía y afrontar el partido con la mejor preparación posible. Eso sí, el médico recomendó comer abundantemente, pero no obligó porque podía ser contraproducente. Minutos después de las 9.30 horas, el equipo salió rumbo al Reyno de Navarra. A las doce arrancó el partido.

Tras el encuentro, el equipo regresó al hotel de concentración para comer y recuperar fuerzas. A las 16 horas, la expedición viajó a Valencia donde aterrizó poco después de las cinco de la tarde. Los que no acusaron el cambio horario fueron los canteranos Bernat y Portu que, con el filial, están acostumbrados a jugar a esta hora.

Hoy a las diez, el equipo está citado en Paterna para desayunar y luego trabajar en una sesión regenerativa. El martes, el equipo disfrutará de jornada libre y el será el miércoles cuando empiece a preparar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey contra el Levante UD. Será el domingo, a las 18 horas, cuando el equipo de Emery reciba en Mestalla al Sporting de Gijón en el primer partido de la segunda vuelta.

Dieciséis años sin partidos matinales

El Valencia no disputaba un partido en horario matinal desde el 1 de octubre de 1995. Fue un choque contra el Rayo en el campo de Vallecas, escenario habitual de encuentros al mediodía. En aquella ocasión, hace más de 16 años, en partido de la Liga 1995-96, de la que finalmente sería subcampeón, el Valencia, dirigido por Luis Aragonés, perdió por 3-2. El Valencia ha jugado pocas veces en horario matinal, aunque se recuerdan, entre otras, varias visitas al Rayo Vallecano en temporadas precedentes. Otro encuentro de carácter histórico disputado por la mañana fue el que le enfrentó al At. Madrid el 2 de octubre de 1966. El resultado final fue de empate (1-1), y el tanto valencianista lo marcó Paquito. La mañana del domingo de Resurrección de 1986, para evitar la coincidencia con las procesiones, el Valencia jugó en el Sánchez Pizjuán y ganó al Sevilla por 0-2, que no evitó semanas después el descenso a Segunda.