Una vez conocido y analizado el protocolo de intenciones entre Bankia (vía Newcoval) y el Valencia CF al que llamaremos Informe Newcoval, a partir de ahora INC), no me cabe duda de quién es el verdadero beneficiado de la operación inmobiliaria que se pretende perpetrar. Considero conveniente explicar el porqué de la existencia de Newcoval, quiénes la conforman y qué pretenden.

Bankia tiene concedido un crédito hipotecario al VCF con la garantía del suelo recalificado del actual Mestalla, por el que cobra 16 millones de euros anuales en concepto de intereses. Pero resulta que la nueva normativa europea le obliga, si quiere seguir así, por un lado a provisionar el principal y además a incrementar su partida de reservas (en dinero) por la misma cantidad. Y como a día de hoy lo considera inasumible, crea Newcoval, sociedad que se subrogaría el crédito hipotecario a cambio de la propiedad del suelo de Mestalla. Y no lo hacen por valencianismo, lo hacen por obligación. Es decir Bankia pasa de tener la sartén por el mango a encontrarse en situación de debilidad. A pesar de ello tiene el arrojo de querer comprar a la baja, al VCF, la edificabilidad del nuevo estadio, de quedarse con la ciudad deportiva de Paterna, (INC) y de que sean ellos, como empresa promotora, la que termine, y cobre, el nuevo estadio y la nueva ciudad deportiva, con sus evidentes beneficios. Es evidente que lo que pretenden Rato, Granell y Escandon, como socios de Newcoval, es, en primer lugar, cambiarle el collar al perro y evitar que Bankia tenga que provisionar muchos millones y llevar a reservas otros tantos, y luego ganar dinero. Muchísimo dinero.

Y el VCF, ¿qué gana con todo esto? Poder terminar el nuevo estadio debido a la financiación a largo necesaria. Porque en cuanto a intereses, aunque desde algún medio se nos diga que vamos a pagar lo mismo al año, eso no es así. El VCF con lo que le genere el nuevo campo (¿) deberá atender, entre amortización de principal e intereses, una cantidad que yo calculo entre 26 y 28 millones de euros al año. Hagan cuentas. Y encima ¿malvendiendo? todos sus activos recalificados o en vías de serlo. Les daré ejemplos y juzguen ustedes mismos.

Mientras que en 2008 se obtuvieron 89,8 millones de beneficio vendiendo 2.300 metros cuadrados del solar de Mestalla, hoy, vendiendo todo el patrimonio inmobiliario, el beneficio real contable es de 187 millones de euros y la reducción real de deuda es de 70 millones (INC). Asombroso.

Por otro lado, por decisión de este Consejo de administración del VCF y en plena crisis inmobiliaria, se compró a Juan Soler la parcela R1 por 39.200 € m2, sin darnos ninguna explicación. ¿Cómo es posible entonces que ahora vayamos a vender el suelo de Mestalla a 16.750 € m2, es decir perdiendo 22.450 € m2? (INC). Inaudito. Y voy más allá. ¿Está bien valorada la edificabilidad del terciario del nuevo estadio en 46 millones? ¿De verdad construir una ciudad deportiva vale 35 millones? ¿A santo de que se nos cuenta que la deuda pendiente con el ayuntamiento es de 19,5 millones, cuando en realidad es de solo 11 millones y además no es una deuda como se nos quiere hacer creer. (INC). ¿Dónde tendría que esconderse este consejo por, no solo querer realizar estas operaciones, sino tan solo por el hecho de proponérselas a sus accionistas? Bajo tierra. Lo que sucede es que para lo ya hecho y para lo que, al parecer, pretende hacer, cuentan con el apoyo accionarial de una Fundación ciega, sorda y muda ante informes de este tipo, y que solo atiende a las ¿razones? del consejo de administración, cuyos siete miembros y ocho afines más (nombrados por el consejo), son los patronos que controlan el cotarro en esta Fundación. Acabáramos.

Pero, con demostrar que algo está mal, no es suficiente. Lo correcto es proponer una solución mejor. Y en esta ocasión es bien sencillo. Que Llorente asimile este informe y que vuelva a reunirse con Bankia. Dígales que lo que el VCF quiere es ser socio de Newcoval. Que en vez de malcomprarnos la edificabilidad del campo nuevo, nosotros aportaremos a Newcoval ese activo con la valoración acordada, y que ellos, en contraprestación, pongan esa misma cantidad en la sociedad en vez de dárnosla a nosotros. (INC)

¿Sabe que le dirán, a pesar de que su desembolso sería el mismo? Que naranjas de la China. ¿Y saben ustedes por qué? Porque en ese caso, el VCF sería partícipe de los beneficios de la venta futura del suelo de Mestalla, de la del terciario del nuevo campo, de los ingresos que proporcionará el nuevo campo, del control de los costes de su construcción y la de la nueva ciudad deportiva… Y ellos lo quieren toooodo. Si usted, Sr. Llorente, fuera un presidente independiente no lo consentiría. Pero claro, aunque su astronómico sueldo se lo paga el VCF, usted ocupa ese puesto nominado por Bankia.

Señores accionistas, abonados y aficionados valencianistas: ¿Qué creen que hará don Manuel? Señores patronos institucionales —y alguno de los de libre designación de probada honradez— ¿van a seguir ciegos, sordos y mudos?