Unai Emery se revistió ayer con los hábitos institucionales del club. «A veces soy el portavoz y no tengo miedo a decir lo que otros no se atreven» . El técnico se refería a dirigirse pública, y de forma crítica, a la afición. Desinhibido, atrevido, valiente y respetuoso, Emery pidió a la afición que «de un paso al frente» y demandó más apoyo hacia el equipo. «Está bien que Mestalla exija pero que también de», lanzaba acompañando su reprimenda con gestos.

Sin tratar de cargar hacia el público, a los que definió como «jefes» porque el futbol «está montado para ellos»,dijo, Emery insistió en que la hinchada representa la «esencia» y el «sentimiento» del club. Espontáneo y muy hablador, el preparado vasco solicitó que la grada «arrope» al equipo. «Hay jugadores que, aunque son profesionales y deberían estar acostumbrados, los murmullos les desestabilizan. Pedimos confianza», reclamaba. «La unión hace la fuerza y necesitamos de la afición», testificaba. «Sé, que si estuviéramos en una situación complicada, el apoyo sería desmedido y todos se movilizarían en nuestro apoyo. Sería bonito que se diera la unión», sostenía tras relatar que Voro, delegado del equipo, le había contado cómo el valencianismo se volcó con el equipo en Segunda y cómo, durante la última década, se había arropado puntualmente al equipo. «Estoy convencido de que, si llegamos a la final de la Liga Europa, la afición se movilizará en masa pero, para llegar a ese momento, es ahora cuando necesitamos sentir esa confianza», reflexionaba.

Por momentos demasiado sincero y atrevido —este tema es tabú para técnicos y jugadores— pidió que la afición «coja al equipo a la espalda y lo levante en el campo» y deje para el final del partido el exhibir su malestar. Autocrítico con el juego — «sé que hemos hecho muchas cosas mal», reconoció— se mostró comprensivo con el descontento, a pesar de «estar el equipo tercero. «La afición está enfadada, pero ¿sabéis cómo estoy yo, cómo está el presidente? El jueves pasé todo el día sólo y muy jodido. Nosotros tenemos que dar, lo sabemos. Yo les doy confianza a los jugadores, toda la del supermercado, pero yo también necesito algo de confianza» reclamaba.

El vasco, en su cuarta temporada en el Valencia y cuando todo apunta a que su ciclo llega a su fin, lanzó un compromiso público: «Las cosas pueden salir bien o mal, pero yo me mato, y es mi obligación, para tratar de hacerlo lo mejor posible y que las cosas salgan bien». «Por encima de los intereses personales, siempre he intentado hacer lo mejor para el Valencia», confesaba.

«Sé que hemos hecho cosas mal, pero también bien. Somos optimistas y tenemos argumentos, pero hay que mejorar. Sabemos que hay algo que estamos haciendo mal y que debemos corregir», reflexionaba. Y seguía pidió el apoyo de una afición «fiel» pero muy exigente. «¿Que se va el entrenador? Pues se va el entrenador. O el presidente. O los jugadores. Pero aquí quedará el sentimiento, la esencia, los aficionados. Pelead por el Valencia, estad unidos», reclamaba. «A mi sucesor, si tengo la oportunidad, le diré que trate de lograr la unidad que yo no he conseguido», se sinceró.

«A veces alguien dice a un jugador: Este no da una patada a un bote, y el jugador lo escucha. Es el peor insulto para un futbolista y si lo escucha sabe que hay muchas dudas. Pues yo le digo a él: No lo oigas, tu eres el puto jefe», revelaba. «Los futbolistas me dicen: el sábado ganamos. Son personas, ríen, lloran,... El miércoles sabíamos que habíamos fallado y estaban fastidiados, como tiene que ser. Después del partido contra el Mallorca oí algunas risas en el pasillo, salí y les dije "pero esto ¿qué es?, y todos callaron», continuaba.

«A mí me llega cuando la gente me dice: yo cuando pierde el Valencia no ceno. A la afición le cuesta dinero el vernos. El otro día el equipo no acierta, la gente se pone nerviosa y hay jugadores que dicen que jugar así es difícil. Yo les digo que deben sobreponerse, pero hay que ponerse en su piel», sostenía.

En cincuenta minutos de rueda de prensa, en la que Emery trasmitió estar muy cómodo, el técnico reconoció que, a veces, ha tenido que «hacerse el tonto» para acallar o no dar relevancia a determinados problemas.

Getafe reconoce que el equipo «tiene mucho que mejorar»

Emery confia que, ante el Getafe, el Valencia «vuelva a ser un equipo sólido», y reconoció que «se debe hacer más porque, con lo que se está haciendo hasta ahora, se están acercando mucho el resto de equipos». «El equipo está en dos vías: una fuera de casa, donde se muestra firme en el juego pero sobre todo en el resultado; y la otra en casa, donde curiosamente en estos dos últimos partidos, en los que más juego ha creado y más cerca ha estado de ganar, no ha ganado», reflexionaba. Así, para Emery, el equipo «tiene que mejorar ciertos aspectos, por supuesto».

«Cuando tenemos que estar optimistas, un resultado nos da pesimismo. Las dos victorias que merecíamos nos darían otra composición del momento. Se puede ver lo bueno, que es el juego del equipo, o lo malo, que es el resultado. Lo cierto es que, algo estamos haciendo mal», admitió.

Emery preve pra hoy un encuentro «muy difícil» ya que se trata de «un equipo dirigido por Luis García, que ha ganado al Barcelona y ha perdido tres partidos de trece en casa». Sobre la ausencia en la convocatoria de Dealbert, Emery justificó que «no se queda fuera por un fallo», sino «por equilibrar». «Si tuviese que ponderar un fallo de Dealbert con sus aciertos, me ganaba por goleada. Es un ejemplo. Se ha quedado fuera por equilibrar, tenemos a Ricardo Costa que puede jugar de central o lateral. Por convocatoria, le ha tocado descansar justificó.