El Villarreal se juega la vida este domingo en El Madrigal ante el Atlético de Madrid. Un conjunto que, con las estadísticas en mano, es propicio para los amarillos en casa, con el que sólo han perdido un partido de los diez que han disputado en la máxima categoría. Sin embargo, el conjunto colchonero no es un rival cualquiera. Los enfrentamientos entre madrileños y castellonenses siempre han estado envueltos en la polémica, sobre todo en las últimas cuatro temporadas. La rivalidad entre ambos equipos traspasa el rectángulo de juego. Da igual que el Kun Agüero ya no esté en el Atlétco. Esta temporada, en Champions con el Chelsea, también protagonizó la polémica cuando marcó el gol de la derrota al Villarreal en el último minuto y se mofó de los amarillos, encarándose incluso con ellos en el vestuario. Actitud que el vicepresidente José Manuel Llaneza le recriminó en público.

Y es que no era la primera vez que esto ocurría. Todo empezó en la única derrota que ha sufrido el Villarreal ante el Atlético en casa. Fue en 2007, y el único tanto visitante llegó después de un centro de Agüero a Eller, que remató de cabeza pese a que al lado de la portería estaba Guille Franco en el suelo lesionado. En esa ocasión fue el presidente, Fernando Roig, el que criticó en público la falta de deportividad rojiblanca.

Es raro ver un duelo entre Villarreal y Atlético que no acabe con algún expulsado. La campaña pasada el sancionado fue el técnico, Quique Sánchez Flores, tras recriminarle al árbitro el haberle anulado un gol al Kun y de no pitar un penalti de Bruno.

Rivalidad en los despachos

También el Villarreal mantiene una contienda con el Atlético en los despachos. Roig denunció a la LFP en octubre que el club madrileño le debe la parte correspondiente acordada en su momento por el traspaso de Diego Godín, así como unas cantidades por objetivos (máximo goleador y títulos) incluidas en el contrato de venta de Diego Forlán. El Atlético le pidió una moratoria, que el Villarreal rechazó.