El Moscatel se paga caro

Cuando la pilota valenciana moría por inanición y abandono, un reducido grupo de amantes de este deporte convirtieron a Godelleta en el "relicario de la pelota de calle", como bien calificó el añorado Lorenzo Millo a esta población, a la que también comparó con la Covadonga de la Pilota". De hecho, años después, las autoridades deportivas provinciales se dirigían a la Sociedad Pelotari de Godelleta -nombre histórico del primer club de pelota valenciana legalizado ante la Federación Española de la época- para instarle a organizar el I Campeonato de Galotxa, convertido hoy en el Trofeo El Corte Inglés, perla de la pelota valenciana en el ámbito de los clubes. Si no fuera suficiente con ese aval, patente irrenunciable de la modernización de este deporte y del que queda constancia en el Museo de la Galotxa, los dirigentes de la entidad han sabido reunir a lo mejor de lo mejor, incluido el mundo profesional, especialmente presente desde que en 1982 se construyese una cancha y se cubriera en 1997. Por esta cancha han desfilado todos los grandes, continuando la tradición de anunciar a las mejores figuras cuando se jugaba en la calle. Dicen los viejos que oyeron a los viejos hablar de la hazaña del Tío Percalero frente al Nel de Murla. Cuentan de las hazañas del Roig de Carlet y El Zurdo de Picassent, el Patet o Albalat, y de la invasión de gentes con la presencia de Rovellet, de la "volea" espectacular del Xiquet de Gata- Rodriguez de La Marina- de la maravillosa zurda de Conrado y la elegancia de Rafa Ortiz; del poderoso equipo que capitaneaba el Simatero de Genovés; del debut de Viñes en el "joc a l' alt", precisamente en este torneo. Hermosas historias, redondeadas con la inolvidable ceremonia inaugural del Trofeo Cinco Naciones, inicio de lo que ha sido un exitoso caminar por todo el mundo de la pelota valenciana.