¡Hola! Acabado todo lo demás, vuelve el fútbol. Bienvenido sea. Ya era hora. Y eso que las vacaciones del balón han sido cortas. También frustrantes. España, lo único importante (según proclamaba Fraga y viene reiterando Rajoy; a los demás, que les vayan dando) tocó la flauta en Inglaterra y quedó apeada a las primeras de cambio del torneo olímpico en el que iba a ganar el oro sin bajar del avión. Seguramente, ese inesperado fracaso, ha contribuido a acrecentar el mono insaciable que venían padeciendo los futboladictos. ¡Por favor! ¡Dejémonos de mistificaciones -balonmano, baloncesto, waterpolo, voleibol de playa o de montaña, hockey herbáceo o rodante, etc, etc.- Y, siguiendo las enseñanzas del sabio Alfredo di Stéfano, golpeemos la pelota con la extremidad más heterodoxamente natural con la que cabe pegarle: con el pie. Abstenerse burdas imitaciones.

Así pues, recuperada la Liga -aunque llegue de forma renqueante- el largo menú de la primera jornada presenta un plato fuerte: Real Madrid-Valencia. Un guiso potente. O, parafraseando al maestro Ibn Razin, solo para paladares avezados.

A saber: Una derrota en el Bernabéu de la novicia escuadra de Mauricio Pellegrino no comportaría graves disgustos. Primero porque, salvo traumatizante goleada en contra, el VCF mantendría encendida la tradición de los últimos años a la que ya tenemos acostumbrado y adaptado el estómago. Estamos curtidos. Segundo, porque a un equipo en construcción (?), se le puede dispensar de ese pecado frente al orgulloso campeón (sólo) de Liga. Así de condescendientes nos hemos vuelto. Pero... ¡Ay si, por una de aquellas, o de estas, igual da, el VCF pone al Madrid de cara a Cuenca! Enseguida cundirá el pánico, se dispararán las alarmas y nos aproximaremos al desastre total, rescate incluido. Igual no es consciente, pero el VCF asume hoy en el Bernabéu una grave responsabilidad social. Que la suerte le acompañe... y que gane. Aunque sólo sea por nuestra inmediata higiene mental y por la profilaxis social de cara al duro invierno que se nos avecina.