El levantinismo se vivió ayer con intensidad en Valencia y en especial en dos barrios. En El Cabanyal a lo largo de la mañana, y en Orriols ya por la tarde y, sobre todo, por la noche. Ayer las anguilas, el pollo o los melones del mercado del Cabanyal tenían un aspecto diferente, algo más brillante, un poco más europeo. Sí, porque sus vendedores, levantinistas de pro, vivían con ilusión y optimismo las horas previas a un partido que hasta hace menos de un año ni se atrevían a soñar.

Así Vicenta Bonet, a sus más de 65 años, se pasó toda la mañana pesando uvas, higos, manzanas... en una báscula repleta de pegatinas con los colores azulgranas: «Estoy muy nerviosa, esto no se ha conocido y queremos que pase el Levante. Quería ir a Escocia, pero no pude y a ver si ahora toca un destino más asequible». Vicenta, cuya familia tiene seis pases levantinistas y todos ellos estuvieron en el partido de ayer, es granota «desde que era pequeña» y asegura que tiene en su casa, bien guardados «los pases de todas las temporadas». Desde Tercera, hasta Primera, esta veterana aficionada, al igual que tantos otros, ha pasado todo tipo de vicisitudes hasta llegar a ver a su club compitiendo junto con otros equipos europeos.

Ayer, muchos avanzaban que por la noche se irían a tomar una orxata a Alboraya para celebrar la clasificación, y Vicenta y sus nietos estaban entre ellos. «Ve y pregúntele al de los huevos que es un gran levantinistas», nos decían cuando buscábamos a gente del Levante por el mercado. Y es que «la botiga de l´0u», de Joaquín Martínez es conocida por su género, pero también por los colores azulgrana de sus dueños.

Martínez asegura que desde la semana pasada se viene hablando de esta eliminatoria: «A la gente mayor del Cabanyal hasta se le humedecían los ojos hablando de lo que significa este partido para ellos», confiesa. Él, que luego acudió al Ciutat de València junto con su hija de 14 años, Claudia, se acordaba especialmente del hombre que le inculcó la pasión por el Levante. Su padre ya no está con ellos pero seguro que se siente orgulloso.

Unos metros más allá, José Miguel Vicent corta la ternera mientras conversa con sus clientes sobre la trascendencia de esta eliminatoria histórica: «Aquí en el barrio hay mucho levantinista, pero a algunos les ha costado salir del armario. Ahora, afortunadamente, nadie se esconde para decir que es del Levante». Esto es especialmente importante en las nuevas generaciones. Los niños azulgranas de hoy pueden lucir sus colores orgullosos, sin sentirse inferiores a nadie.

También lo vivió con intensidad Antonio Pérez (Salazones Antonio): «Es algo increíble, no lo imaginábamos nadie. Es una gran satisfacción y ahora ya podremos decir que el Levante ha jugado en Europa». Él, como Vicenta, espera poder ir luego a algún partido «que sean destinos más cercanos y con mejores vuelos». Así que, más allá del partido de ayer, hoy tendrá mucha atención puesta en el sorteo de la fase de grupos que arranca a las 13 horas.

Por la tarde, la atención se desplazaba hacia Orriols. Uuna delegación de aficionados del Levante y otra del Motherwell realizaban un acto de hermanamiento en la sede de la Delegación de Peñas. Poco después, las calles empezaban a llenarse de gente para esperar a los buses de forma conjunta. Ya en el estadio, donde por primera vez ondeaba la bandera de la Europa League, el hermanamiento siguió y el levantinismo vivió una noche para recordar y contar una y otra vez. Una noche especialmente emotiva en los momentos finales con el gol de Gekas, la gente haciendo la ola y fotografiando un marcador histórico. Ahora, que pase el siguiente, o los siguientes porque serán, almenos, otros tres clubes europeos los que jugarán en el Ciutat esta temporada.

Las faldas se dejan ver en el Ciutat

La presencia de público al partido de ayer fue ligeramente inferior a lo esperado pero con el aliciente añadido de que en el lado visitante no se hablaba español, como es habitual, sino inglés. Los aficionados del Motherwell, que compartieron cervezas y cánticos con los levantinistas durante los prolegómenos del partido, lucieron sus colores amarillos y también más de uno se trajo la típica falda escocesa como se puede ver en la imagen. Escocia ya está ligada a la historia del Levante y hasta puede que más de un granota se comprara la falda cuando fueron la semana pasada y hasta alguno se la puso ayer.