El Levante UD ha hecho suya la máxima futbolística que dice que, si no puedes comprar cracks, es mejor que los fabriques. El conjunto azulgrana ha acabado jugando los dos últimos partidos, resueltos en victorias cruciales ante Valencia y Getafe, con siete jugadores valencianos en el campo: Ballesteros, Juanfran, Iborra, Pedro López, Míchel, David Navarro y Rubén. Solo faltaba el cabanyalero Héctor Rodas y Pallardó. El Levante UD, por una estrategia nacida de la necesidad económica, se ha convertido en el equipo de Primera que más gente de su tierra utiliza, junto a casos excepcionales como el FC Barcelona y el Athletic Club.

En todo caso, la apuesta mixta por jugadores de la cantera junto con otros futbolistas valencianos -criados y descartados en su mayoría por el Valencia- se ha revelado como la fórmula ideal para conjugar rendimiento deportivo a largo plazo, sostenibilidad financiera e identidad, con un equipo que los aficionados sienten como más suyo. El mediocentro Vicent Iborra, de 24 años, es el jugador con más proyección del equipo y, ahora mismo, el mayor valor patrimonial del club, con una cláusula de seis millones que se elevaría a nueve en el caso de que lo convoque la selección.

El delantero de Xàtiva Rubén García, de 19 años, descartado por Mauricio Pellegrino cuando dirigía a los cadetes del Valencia, es el último ejemplo de una lista que históricamente, no ha sido tan prolífica, al menos en la elite y en la historia reciente. En los anteriores ascensos a Primera -2004, 2007 en incluso el de 1963, con solo Antonio Calpe y Camarasa en el once de gala- el equipo no tenía tanta representación local. En otras épocas, en divisiones menores, o en el amauterismo de los años 20 y 30 previos a la fusión del Levante FC y el Gimnástico, el club echaba mano de canteranos, pero nunca coincidiendo en un momento tan álgido como el actual. Tradicionalmente, el Levante UD no había sacado tajada del producto propio y, cegados por la búsqueda del éxito inmediato, la cantera era contemplada como un escaparate, con constantes cambios de futbolistas y poco profesionalizada. Con esa perspectiva, los mejores jugadores de la casa surgieron por generación espontánea, como es el caso de Nando y Claudio Barragán en los años 80, del lateral José Enrique (ahora en el Liverpool) o un superclase como Vicente Rodríguez, que significaron grandes ventas.

Para encontrar una hornada parecida a la actual toca remontarse al División de Honor Juvenil liderado a inicios de los 90 por Sergio Ballesteros y Juanfran García, que no tardaron en emigrar a clubes más fuertes para acabar su carrera en Orriols, con un notable rendimiento.

El filial va lanzado en Segunda B

En una entidad con una limitada capacidad financiera como el Levante UD, con el presupuesto más bajo del campeonato, el éxito de la cantera es un motor de regeneración deportiva y económica a largo plazo. El relevo de Ballesteros y Juanfran, o un hipotético sustituto del cotizado Iborra, vendría del conjunto filial, enrachado en Segunda B y con futbolistas, como el lateral derecho Iván López, el centrocampista José Marco Higón o el delantero Roger, que ya se han asomado en convocatorias con el primer equipo. La congestión del calendario en los próximos dos meses, con la coincidencia entre Liga, Liga Europa y Copa del Rey hará que Juan Ignacio Martínez se acuerde de la cantera, el mejor activo del decano.