¿Perdió fuerza el mensaje de Sempre València el día de la presentación al no dar a conocer al inversor?

No podíamos plantearlo de otra forma. No podíamos presentar nuestras armas cuando dentro del club hay un consejero que ha dimitido porque ha querido preguntar por cuestiones económicas. Necesitamos poder sentar al inversor, que no necesita prueba de solvencia, con el propietario. Los inversores merecen confianza, hemos tenido relación comercial con ellos. Yo no me voy a quemar ni hacer el ridículo sin haber comprobado su fiabilidad. El tiempo pasado nos favorece de cara a una posible resolución, en el momento que se sepa la situación del club con una auditoría externa nos sentaremos con el actual propietario y ya no se necesitará un acto de fe. Cuando llegue ese momento, conociendo los entresijos económicos del club, plantearemos la solución que necesita el Valencia.

¿Qué novedades ha habido desde la presentación de la candidatura?

En aquel momento no tuvimos más remedio que pedir un acto de fe. No podíamos pedir un cambio, sí enseñar a la sociedad que había una alternativa, que después del señor Llorente no tiene por qué haber un caos. Ahora, con todo lo que se ha progresado, puede que no tenga lugar, ese acto de fe, puesto que ya se ha producido la toma de posesión de la Generalitat como propietario entre comillas del club. El Consell va a ser nuestro interlocutor válido a partir de hora. Antes ya habíamos mantenido contactos, y nos faltaba el interlocutor.

¿Hay programada una reunión con el Consell?

Primero exigiremos una auditoria seria, externa, imparcial, que es la que va a pedir la Generalitat. Queremos saber las cuentas de la construcción del nuevo estadio, y otra auditoria para racionalizar y profesionalizar la gestión del club. Queremos que en el consejo cada uno tenga su parcela, y no tener a un emperador que sea el que dirija y el resto estén de floreros. El éxito de de un actor mediocre como Ronald Reagan fue rodearse del mejor equipo. Nadie puede saber de todo y yo no quiero meterme en la parcela deportiva.

¿Qué prioridades expondrían ante las instituciones?

Queremos resolver un problema que tiene dos víctimas. La primera, la Generalitat. No puede ser que el gobierno valenciano, que acudió en auxilio del club, se tenga que apañar con la situación actual. Hay que sacarla de ahí sea como sea. La función de la Generalitat no es hacerse cargo de un club de fútbol, y más en este contexto social. Es inaudito. La segunda víctima han sido los socios. Hay una apatía y desmotivación generalizada en nuestra masa social, que realmente pide muy poco para ilusionarse, como un empate contra el Barcelona. No se pueden perder once mil socios en cuatro temporadas.

Han incidido en que el problema no es sólo económico.

Es el más acuciante de todos. Si mañana Llorente se presenta con dos fichajes nuevos, sin saber cómo pagarlos, empiezan a rodar los resultados, ya nadie canta «Llorente vete ya». El campo de mira de los socios es puramente deportivo, pero no podemos olvidar que el proyecto del Valencia es conjunto. Nosotros no estamos buscando solo un inversor para las parcelas de Mestalla. Vender solo ese solar es absolutamente imposible porque el comprador si dispone de esas parcelas al día siguiente le importa un comino cómo esté el Valencia. Ya puedes hacer un contrato con compromisos, penalizaciones o avales, pero un inversor no se va a meter nunca con el riesgo de tener que ejecutar esas garantías y tirar del campo al Valencia. Tiene que ser una solución integral.

¿Intuyen que Alfonso Rus pueda tener preferencia política?

Me encantaría que Rus resolviese el tema económico. Se ha publicado que ha buscado inversores para el nombre del estadio, pero eso no se puede acometer sin tener clara la construcción del recinto. Todo debería ir en el mismo proyecto.

¿Entonces el mismo inversor debe comprar las parcelas y financiar el nuevo estadio? ¿Es posible eso sin que aspire a la propiedad del club?

No queremos vender el Valencia. Pero es posible que por sacar a la Generalitat de la Fundación y dar tranquilidad a un inversor del nivel que queremos que venga, le tengamos que dar la mayoría estable de la titularidad de las acciones. En caso de hacerse, se exigiría un pacto de recompra y dar la posibilidad al Valencia de recuperar la propiedad. No lo descartamos, pero no pondríamos el club en manos de alguien que tenga solo dinero. Está claro que el inversor se mueve con el ánimo de obtener beneficio y un lucro de esa inversión, pero los nuestros tendrán que aceptar el proyecto en todos su ámbitos, hasta potenciar a la Asociación de exjugadores, que están dejados de la mano de Dios.

¿Y es compatible con la alternativa que propusieron para comprar las acciones de la Fundación?

Se dijo que si incurríamos en asistencia financiera y luego ya se podía hacer convocando una Junta General. No se puede hacer una ampliación de capital cuanto menos dudosa, involucrar a la Administración y luego desentenderte. En el minuto uno había que sacar a la Generalitat del problema. Por ejemplo, la propuesta de Savia Nueva hay que valorarla, es factible y no le cuesta nada al socio, y también desliga al Consell.

¿Qué opinión tienen sobre la gestión de la crisis del actual consejo?

Nos preocupan mucho todos los movimientos extraños, que solo sabemos por la prensa, del señor Llorente y sus viajes a Catar. Nos preocupa que se hayan adquirido compromisos a largo plazo respecto al nuevo estadio. Me aterroriza leer que esta misma semana se va a formalizar la permuta de terrenos con el ayuntamiento, donde aparecen 25 millones más de deuda que no están contabilizados. El Valencia se ha gastado 140 millones en un solar que no es suyo. De haber entrado en concurso de acreedores, esos 140 millones no habrían sido activos, sino pérdidas. Nos preocupa que Llorente se esté postulando como presidente de la Liga de Fútbol Profesional. No creo que alguien que tenga esos planes esté gestionando con sensatez el futuro del Valencia. No se puede negociar rápido y mal. Estamos negociando a la baja. Llorente y su consejo han tenido en sus manos una ingente cantidad de dinero por traspasos de jugadores, más la ampliación de capital, para reducir la deuda. Hay ejemplos para combatir la crisis.

¿Cuáles?

El Atlético de Madrid. ¿Qué tiene más que el Valencia? Ellos tienen más deuda, menos patrimonio, pero 60.000 socios. Aquí hemos perdido once mil. Con el estadio acabado, tendríamos que haber contratado maniquís para aparentar lleno. Sólo hay una solución, que los socios tengan ilusión.

¿La «ilusión» no es un concepto abstracto?

Para nada es abstracto. Se genera ilusión gestionando con tranquilidad, evitando que los jugadores se tomen el Valencia como un trampolín. Aquí queda la sensación de que todo es efímero. No puede ser que contra el Madrid se quedaran once mil localidades sin vender. Si lo que pretendían era que ese sobrante fuera comprado por aficionados del Madrid ¿por qué no se ofreció la posibilidad al socio de comprar otra entrada a precio reducido? Hay que cuidar la cantera, con un proyecto deportivo para la escuela. No podemos aspirar a ser el Real Madrid y el Barcelona, por una razón de presupuesto. Pero no hemos necesitado dinero para hablarle de tú a tú a los dos grandes. Jugadores de talla mundial han salido de aquí y se han fichado 28 jugadores en solo tres años y se han dejado salir a jugadores fantásticos. Vi en ExpoJove la diferencia de ilusión que había entre el mostrador del Levante UD y el del Valencia y se me cayó el alma a los pies.

¿Ha faltado conciencia crítica en el valencianismo?

A mi me dan pena las trifulcas entre expresidentes y Llorente, daña la imagen del Valencia. A mi me gustaría contar con la opinión de expresidentes del Valencia, todos tendrán algo positivo que aportar. Aquí se ha intentado criminalizar a los señores Soler y Soriano. Soler se equivocó, pero le ha costado dinero, muchos millones, poder ser presidente del Valencia. A Soriano no le asesoraron bien respecto a la solvencia de Dalport y esa operación le ha costado mucho dinero el Valencia. Llorente no sé si se ha equivocado, pero el Valencia ni mucho menos le ha costado dinero. Mi padre, directivo en los años 50 y 60, abandonó el Valencia cuando dejó de deber una peseta al Banco de Valencia. Me gustaría repetir su ejemplo, asumiendo que la deuda del club es astronómica.

¿La marca VCF, la ciudad de Valencia, qué peso tiene cuando se dirigen a un posible inversor, y con este contexto económico?

Es el octavo club de Europa para la UEFA. Valencia vende, y así lo hemos comprobado. La base es muy buena y hay que saber venderla. El dinero es selectivo, y van a haber, y ya hay, oportunidades.

¿Cómo compararía las figuras de Fernando y Llorente?

No tienen nada que ver, la comparación por sí misma ofende. No hay nadie más valencianista que Fernando Gómez, es el jugador que más ha vestido la camiseta del equipo en su historia. Llorente dicen que está pensando en irse a Madrid. Alguien dijo que era del Madrid. Si Fernando se sabe rodear de gente en este desafío, puede ser un buen presidente.

¿Se puede regenerar el club a través de la burguesía y la sociedad civil valencianas sin tener que recurrir a un jeque o un oligarca?

La situación económica de los empresarios es muy complicada, bastante tienen con hacer frente a los problemas cotidianos para pensar en dedicar un esfuerzo a un problema en el que se exponen tanto.

Suena pesimista...

Ante una calamidad, se puede ver una oportunidad, dijo una vez Winston Churchill. Yo veo una oportunidad en esta calamidad. Si nos cerramos en que la situación es tan preocupante, llegaremos al desastre. Vamos a intentar por lo menos pelear. Y queremos plantear una solución.

¿Cómo habría evitado usted la marcha de Villa, Silva y Mata?

Hubo una oportunidad, con Juan Villalonga.

La solución que planteaba era la misma que se ejecutó un año después, ampliación de capital.

Había que hacerla, era absolutamente necesaria para convencer a los inversores que tenía Juan. Y no era prioritario ni malvender las parcelas ni los jugadores. No digo que no haya que vender a ninguno, porque el Atlético seguro que vendería a Falcao por 60 millones. El problema del Valencia es que todo se hace con premura y por necesidad. Si se cierra un mal acuerdo en la renegociación con Bankia, y nos toca pagar 32 millones al año entre intereses y amortización de capital, el club no lo podrá soportar. No estaremos en posición de negociar si algún club pretende a uno de tus jugadores.

¿En qué grado su primo integra, apoya o asesora a Siempre València?

Ya lo dejé meridianamente claro. En este proyecto no está Juan Villalonga. Pero eso no quiere decir que dada nuestra vinculación familiar, y la vinculación de Juan con el Valencia, donde lo intentó y no le dejaron, pues es evidente que si se materializa la entrada del club cualquier apoyo o consejo que nos pueda dar, lo va a hacer.

¿Y ha dado apoyo o consejo previo para buscar inversores?

Insisto en que en esta fase no ha participado.

¿Y más adelante? ¿Podría ser consejero?

A mi no se me caen los anillos para pedir ayuda a gente que me pueda aconsejar. Hay muchas parcelas que él domina y nosotros no. Juan Villalonga es un mago del marketing, es evidente. Hay que saber rodearse de los mejores. El tenía un plan para el Valencia, que ahora se necesitaría adaptar por el paso del tiempo. Si lo necesitamos, lo haremos. Si Savia Nueva nos puede sumar, estaremos encantados de escuchar. Esto no es un coto cerrado. El Valencia es de todos.