La Generalitat Valenciana no quiere intervenir en la gestión del Valencia CF, pero lleva varias semanas implicada de lleno en una resolución para la deuda de la Fundació VCF. Primero desmanteló la propia fundación, dejandola solo con los patronos institucionales. Después, tuvo que hacer frente al pago de los 4,8 millones de los intereses impagados a Bankia. Ahora trabaja en cómo salir del atolladero en el que anda inmerso el Consell en su condición de avalista del préstamo de 81 millones. En la confección de la "hoja de ruta" que salvara el club, José Císcar recordó ayer que hasta tres consellerías trabajan en ella. "Se hace de manera transversal, trabajan en ella la conselleria de economía, la de hacienda, la de cultura y deporte y está coordinada por vicepresidencia. Es un acto coordinado", apuntaba ayer Císcar, insistiendo en que no recae en nadie específicamente esa tarea. "Trabajamos todos de forma conjunta y coordinada para que salga lo mejor posible para la Generalitat, para la Fundación y para el valencianismo", incidía el vicepresidente del gobierno autonómico. Además, indicó que incluso "puede participar Bankia".

Requerido sobre quién lleva las gestiones, con tres posibles candidatos sobre la mesa, Joaquín Ríos Casanova (director general de Industria), Fernando Díaz Requena (director general de Economía) y Jesús Marí (subsecretario de la Conselleria de Presidencia) espetó al periodista con cierta sorna:

"Si fuera una Bonoloto no habria acertado ni una". "No existe un maximo responsable, y nadie que asuma la maxima responsabilidad", manifestó, para reiterar que el tema se lleva de manera "transversal". La Fundación, presidida por Mateo Castellà desde la limpieza efectuada por el Consell, tampoco ha vuelto a reunirse.