El encuentro más esperado se produjo ayer. El vicepresidente deportivo de la Fundación del Valencia CF, Amadeo Salvo, se reunió a solas con el entrenador del equipo, Ernesto Valverde, para transmitirle el apoyo del máximo accionista. Apoyado en unas muletas, todavía convaleciente de una operación de rodilla a la que fue sometido la pasada semana, el hombre fuerte de la parcela deportiva de la Fundación transmitió directamente al técnico vasco la confianza del club en él. Salvo no quiso esperar más. La goleada ante el Málaga (5-1) y la trascendencia del partido del domingo en Anoeta, donde el Valencia se juega gran parte de sus opciones de clasificarse para la Liga de Campeones, han hecho de efecto muelle. Este era el momento, pensó Salvo, de enseñarle las cartas.

Los movimientos para renovar a Valverde comenzaron el mes pasado por medio del director deportivo, Braulio Vázquez, quien comunicó al entrenador que el club contaba con él para la próxima temporada. El encuentro no se produjo hasta hace dos semanas, después de la dimisión de Manuel Llorente. El expresidente aseguró, tanto el día de su marcha como en una entrevista posterior, que la renovación de Valverde había quedado «encaminada». Sin embargo, la convulsión social sufrida por el club de Mestalla en las últimas semanas, con el desembarco de nuevos patronos, la marcha de Llorente y el fugaz paso de Federico Varona por el trono de la Fundació, dejaron descolocado a Valverde.

Preguntado de forma insistente en sus últimas comparecencias, Valverde siempre ha dado la misma respuesta: «Ya veremos». La inestable situación del Valencia le obliga a esperar. Lleva tiempo con la necesidad de ponerle caras al futuro proyecto. Y saber cuáles son las intenciones de los futuros gestores en la planificación deportiva.

De momento, Valverde ya conoce de boca de uno de los pesos pesados de la Fundació Valencia CF „el director general de Power Electronics suena con fuerza para presidir el club a partir del próximo 4 de junio, día en el que se celebra la junta general extraordinaria de accionistas„ que el Valencia cuenta con él. Ambas partes se han emplazado para de aquí a un par de semanas. Valverde quiere saber, como es lógico, quién va a formar el consejo de administración y cuáles son los planes.

Salvo explicó ayer a Valverde de manera concienzuda que han llegado para intentar solucionar los problemas económicos de la entidad, pero que eso no va a afectar a la calidad de la plantilla. Salvo quiere hacerle entender a Valverde que el patronato confía totalmente en su labor. Pero, de momento, nadie puede confirmar la continuidad del técnico vasco.

El trabajo de Valverde ha sido reconocido por todos los sectores del valencianismo. Tomó el control de un equipo desnortado, necesitado de cambios en el vestuario tras la indolente gestión del grupo por parte de Mauricio Pellegrino. Con el Txingurri en el banco, el equipo de Mestalla recuperó rápidamente el rumbo. El Valencia ha escalado hasta la quinta posición de la tabla, con la cuarta plaza a tiro de piedra el próximo domingo. Valverde ha dotado al equipo de un evidente espíritu colectivo, labrado en la recuperación de la mayor parte de futbolistas de la plantilla. Desde su llegada, jugadores como Parejo o Banega han adquirido el protagonismo de-seado. No hay, además, voces altisonantes entre las paredes de la Ciudad Deportiva.