La Fundació VCF continúa a la espera de recibir instrucciones de la Generalitat Valenciana, con la que tiene pendiente una reunión que sirva para poner en marcha el plan de acción diseñado por el patronato para rescatar al Valencia. La condición pasa porque el Consell asuma de nuevo el aval del préstamo concedido por Bankia, requisito indispensable exigido por la entidad bancaria para renegociar a largo plazo la deuda de 81 millones de la Fundación y la del Valencia, que se eleva a 220 millones.

Fuentes del Consell reconocieron a Levante-EMV que hasta ayer por la tarde no fue solicitada formalmente la reunión por parte de los patronos políticos, y que, una vez formulada la petición, de momento no se ha determinado cuándo se celebrará el encuentro ni tampoco qué interlocutores del gobierno valenciano participarán en ella. La Fundació VCF, sin embargo, reconoce que empieza a tener prisa para resolver todos los frentes abiertos y, como afirmaba un destacado patrono, que se ha estado perdiendo "un tiempo precioso" desde las dimisiones de Manuel Llorente y Federico Varona. Unas renuncias que han bloqueado la toma de decisiones. Desde dentro del patronato se entiende que el Consell en las últimas semanas ha realizado "una jugada política", para hacer ver de cara a la ciudadanía que se atiende el fútbol como "un asunto secundario" ante el resto de prioridades sociales y que la Generalitat sólo reaccionará en el caso de que los juzgados le obliguen a reponer el aval de las acciones, una hipótesis que se entiende como probable tras el recurso de Bankia a la sentencia que liberaba al Consell.

"A nivel de borrador"

Una vez celebrada la reunión deberían quedar definidos cuáles serán los órganos de dirección del Valencia y de la Fundació VCF, que serán ocupados por Amadeo Salvo y Aurelio Martínez, respectivamente. A partir de ahí se pondría en funcionamiento el resto de la maquinaria. El principal punto es la manera por la que la Fundació VCF hará frente antes del 27 de agosto a los 4'8 millones por los intereses del préstamo a Bankia. El patronato ultima el informe jurídico, elaborado por el catedrático de Derecho Civil Francisco Blasco, por el que se podría esquivar la asistencia financiera. Un plan que está "a nivel de borrador" y del que Bankia ya tiene algunas nociones, en los dos encuentros que Martínez ha mantenido con la entidad financiera.

Las alternativas pasan por la prestación de servicios de la cantera por parte de la Fundació, a patrocinios, donaciones y celebración de encuentros amistosos que permitirían a la Fundació VCF abastecerse con recursos del club sin incumplir la Ley de Sociedades del Capital. Con esa vía el patronato lograría uno de sus objetivos: evitar a corto plazo la venta del club.

El otro gran desafío de la Fundació VCF será encontrar una vía de financiación para los 145 millones que quedan para acabar el nuevo estadio. El patronato tiene previsto abrir un pliego para escuchar ofertas, en las que podrían entrar empresas como IMG o Arena que ya presentaron en el pasado maquetas para levantar el recinto de Corts Valencianes.

Iago Aspas afirma que no tiene ningún precontrato

La reunión con el Consell también debe dar luz verde a la puesta en marcha del plan de acción deportivo. La llamada a la calma y la confianza de Amadeo Salvo a Ernesto Valverde supone sólo el inicio de unas negociaciones que no se resolverán hasta dentro de un par de semanas, cuando el equipo haya disputado los duelos directos para clasificarse para la Liga de Campeones. En ese plazo de tiempo el técnico vasco también quiere saber cuál va a ser la planificación deportiva de la próxima campaña, si habrá necesidad de vender jugadores y si se dsipondrá de liquidez para fichar. En este sentido, está casi descartada la llegada del delantero del Celta, Iago Aspas. Antes de las últimas convulsiones societarias, existía un principio de acuerdo por el cual el Valencia pagaría la cláusula del atacante, cifrada en 10 millones de euros. Ayer, el propio delantero señaló que está centrado en lograr la salvación con el Celta de Vigo: "No tengo ningún precontrato, se dejó claro que si alguien me quería tenía que abonar los diez millones".