La presencia del rey don Juan Carlos en el palco del Santiago, Bernabéu ante el Borussia de Dortmund, sorprendió a muchas gentes y no sólo porque está todavía en tratamiento de rehabilitación, sino que algunos vieron en ello tinte de claro madridismo. Es esta cuestión la que no puede causar sorpresa, salvo que se desconozca u obvie la historia de la Casa Real con el Madrid, que es Real. Alfonso XIII acudió a presenciar los primeros partidos de gran competición que organizó el Madrid, presidido y fundado por los hermanos catalanes (del comercio) Juan y Carlos Padrós. Fue torneo organizado por el club con motivo de la coronación del rey. A partir de ese momento las relaciones de los monarcas con el club fueron constantes. Don Alfonso y doña Victoria Eugenia acudieron más de una vez al palco del desaparecido campo de O´donnell, como posteriormente al de Chamartín.

El partido de inauguración del campo de la Ciudad Lineal, en que jugaron Madrid y Real Unión de Irún, lo presidió el infante de Juan, padre del actual rey, quien en un momento de euforia gritó: «Hala Madrid que vamos a ganar». Su tutor, el conde de Grove, discretamente, le dijo: «Son todos españoles señor, que gane el mejor». «Eso, pero que gane el Madrid», respondió don Juan. El Madrid obtuvo título Real en carta que recibió el 29 de junio de 1920. A recoger aquella distinción acudieron al palacio los dirigentes del club y el capitán del equipo, Santiago Bernabéu. Durante el franquismo, el Madrid recuperó el titulo de Real que había perdido durante la República y mantuvo cordiales relaciones con la Familia Real. Dirigentes y jugadores acudieron a Villa Giralda, residencia de la familia en Estoril, a visitar a don Juan, con motivo de un partido a disputar en Lisboa.

El 8 de septiembre de 1955, el Madrid jugó su primer partido de Copa de Europa contra el Servette de Ginebra. Directivos del club, encabezados por Santiago Bernabéu, y los jugadores, visitaron a doña Victoria Eugenia en Lausana. Allí estaban la reina, Don Juan y su esposa doña Mercedes, don Juan Carlos y sus hermanas Pilar y Margarita. El Madrid pidió al club suizo localidades para la Familia Real y se la colocó en un palco anejo al presidencial.

En el descanso del encuentro, Raimundo Saporta, vicepresidente, bajó al vestuario a saludar a los jugadores acompañado, de un muchacho, joven, alto y rubio y de quien dijo que tenía gran porvenir. Al descanso se llegó con empate a cero. Al equipo madrileño le costó vencer. Los goles de Muñoz y Rial llegaron en los minutos 74 y 90 respectivamente. Don Juan Carlos a modo de despedida dijo «Ánimo que ahora hay que seguir sudando la camiseta»

Di Stefano, a quien se le hinchaban las muñecas, estaba de espaldas en el momento de la despedida porque tenía las manos dentro de un lavabo de agua fría y al oír aquella frase dijo «Andate a cagar, che». Cuando contaba la anécdota añadía: «Y luego lo hisieron rey».

Cuando el Madrid de baloncesto aún jugaba en el Frontón Fiesta Alegre, los tiempos de Emiliano, Ché González Lolo Sáinz, Luyk y Burges, entre otros, en el palco se podía ver en los partidos importantes de competición europea a don Juan Carlos y a su primo el fallecido Alfonso de Borbón Dampierre. En una de aquellas noches pude conversar con ambos. No era difícil acercarse como periodista a ellos. Tampoco en el Bernabéu. Saporta llevó a don Juan Carlos al palco del Bernabéu y hubo un momento en que, desde la Secretaría General del Movimiento, se recomendó que no ocupara plaza en tal lugar. El Madrid lo colocó en una localidad aledaña al palco hasta que paso la prohibición. El Rey ha mantenido siempre querencia por el equipo madridista. De don Felipe se dijo que era atlético y como tal se le considera. Sin embargo, en una recepción en La Zarzuela, doña Sofía, al comentarle circunstancia tan poco frecuente con la Casa, me dijo que le hicieron la pregunta en el Vicente Calderón y cuando era un niño y por no quedar mal ante los directivos del Atlético dijo que sí. Desde el club en varias ocasiones se trató de confirmar su vinculación como colchonero. En un viaje con los reyes a Zaire, durante la recepción a los periodistas que seguíamos el viaje, de Túnez a la Republica del Congo, unos jesuitas vascos oyeron la radio y nos comentaron los resultados de la Liga. Al Rey le comunicamos que había ganado el Madrid y acogió la noticia satisfactoriamente. A continuación le dije: «Lo siento por el Príncipe porque el Valencia le ha ganado al Atlético». No hubo manifestación que desmintiera tal relación atlética, pero tampoco la afirmó.

En 1978, don Juan Carlos siguió a diario la evolución de la enfermedad de don Santiago Bernabéu. Cuando Saporta le comunicó el fallecimiento el Rey declaró: «Siento muy de veras la muerte de Santiago Bernabéu, porque además de ser gran persona era amigo mío». La relación del Rey con los presidentes del club ha sido casi siempre muy cordial. Con Florentino Pérez es de las mejores. Raimundo Saporta me comentó en cierta ocasión, que «una de las virtudes del club había sido ser monárquico en su nacimiento, republicano durante los años de la misma, franquista con el dictador, pero monárquico siempre» De la etapa republicana conservó el nombre del presidente Rafael Sánchez-Guerra, quien tras el exilio en Francia ingresó en el convento de los dominicos de Villaba donde falleció y recibió el homenaje de Bernabéu. El club no cuenta entre sus presidentes a Antonio Ortega Gutiérrez, comunista, coronel del III Cuerpo de Ejército, que presidió el club durante la Guerra Civil y hacía manifestaciones de madridismo que no mejoró Bernabéu. Ortega murió condenado a garrote vil en Alicante el 15 de julio de 1939.