La taquilla número 22 del vestuario local del Benito Villamarín fue, durante cinco meses, propiedad de Dorlán Pabón. El colombiano, cuando aterrizó en Sevilla, heredó el dorsal 22 de Nelson y, con ese número, se convirtió en el mejor refuerzo del mercado invernal en la Liga BBVA y el jugador referencia del equipo verdinegro. En 17 partidos, «Conguito» o «Memín» como se le conoce en Colombia, marcó 8 goles. En el Betis jugó cedido por el Parma, quién lo había comprado por cuatro millones al Atlético Nacional. Tras su paso por España, el jugador regresó al Monterrey (México), club al que el Valencia abonó su clausula de rescisión (7 millones de euros) para adquirir su pase.

El domingo, el jugador regresará al estadio en el que se dio a conocer en España. Lo hará como jugador del Valencia, con el 11 a la espalda, y con el objetivo de marcarle un gol a Guillermo Sara. Un tanto que, además de dar la victoria al equipo, sirva para reafirmar su confianza. Ayer, y en declaraciones a la página oficial del club, el delantero confesó que poco a poco se va «soltando» y que cada vez se siente «más contento» con su trabajo y «adaptado» al equipo. «Tengo amistad con mis compañeros, estoy contento con el trabajo y me siento bien con todos. La velocidad la aprovecho mucho y poco a poco me voy soltando y voy haciendo lo que quiere el 'profe'. Me estoy adaptando al equipo, me siento bien y día a día doy mi trabajo y estoy contento», afirmaba. Desde que llegó, el jugador ha disputado un partido oficial (contra el Barcelona) y uno amistoso (Valladolid).

Durante esta semana, como el jugador no está convocado con su selección, el trabajo le servirá para coger ritmo y «acoplarse» no sólo al equipo sino a la ciudad.