El arquitecto original del nuevo Mestalla, Mark Fenwick, ha vuelto a tomar el mando del proyecto de construcción del estadio, cuyas obras están paralizadas desde febrero de 2009 por falta de dinero. El experto en este tipo de edificaciones dirige una de las dos comisiones creadas para convertir en realidad la finalización del recinto, tal como quedó definido en una reunión de gran trascendencia para el futuro del estadio que se celebró la pasada semana en Valencia. Allí estuvieron el propio Fenwick, representantes de la empresa KPMG „encargada de estudiar las ofertas que lleguen de los posibles inversores interesados en el estadio„ , de la Unión Temporal de Empresas (UTE) que trabajan en el estadio, y del Valencia. El presidente, Amadeo Salvo, y el consejero encargado del área urbanística, José Manuel Palau, estuvieron en nombre del club.

Todas las partes integradas en el proyecto para retomar la construcción del nuevo Mestalla han creado dos comisiones, con el fin de sacar adelante ese sueño congelado del valencianismo llamado nuevo estadio. Una, con el objeto de definir el coste exacto de lo que queda para acabar las obras, incluso reformando el proyecto inicial y teniendo en cuenta la reducción de elementos arquitectónicos. Mark Fenwick es el responsable. El objetivo final es reducir costes, pero sin perder la calificación máxima del estadio. En esta comisión, los límites son los que marcan la denominación de un estadio de 5 estrellas.

La segunda comisión tiene como objeto definir las directrices de la explotación comercial del futuro estadio para determinar la posible rentabilidad económica del mismo. Esta la dirige KPMG y en ella se integra el Valencia.

El objetivo final es tener definidas estas dos variables -costes máximos y posibles ingresos- para captar inversores. De momento, se ha realizado la primera reunión, pero aún no hay conclusiones al respecto.

El problema del aparcamiento

La primera reunión entre las partes se produjo el pasado verano, el 29 de julio, concretamente. El objeto de la conversación giró alrededor de la necesidad de «reducir costes» para la finalización del recinto, y cómo llevar a cabo esos «recortes» sin afectar en exceso al proyecto original. Abaratar en el cerramiento y en el parking fueron algunos de los aspectos que se abordaron, por lo que se descartaría la cubierta de vidrio azul propuesta en su día por Aedifica, y que Manuel Llorente llegó a presentar a Rita Barberá. Otra de las opciones que se planteó fue la de eliminar el elevado número de plazas de aparcamiento subterráneo„ 3.500 en los planos actuales„. Nadie entiende ahora cómo fue posible incurrir en aquel error. Sacar el vehículo de ese aparcamiento tras un partido puede durar entre tres y cuatro horas. Una locura.

Fenwick, reputado especialista en instalaciones deportivas, se comprometió a estudiar «cómo abaratar» los trabajos y ambas partes se emplezaron a una nueva cita, para el mes de septiembre.

Aunque el presupuesto para llevar a término la construcción de Corts Valencianes se fijó entre unos 140 y 150 millones, el montante se rebajará hasta los 120,, aproximadamente.

La visita a Valencia de Fenwick no implica, en todo caso, que vaya a ser quien firme el final de obra. Todo dependerá de a qué multinacional acabe adjudicándosele la conclusión del feudo valencianista. En el Valencia son conscientes de que la empresa que decida correr con los gastos de acabar el nuevo Mestalla tratará de imponer sus propias exigencias.