Miroslav Djukic dirigirá al Valencia ante el Getafe. La opinión de Amadeo Salvo, que se encuentra en China, se impuso ayer sobre la del Consejo de Administración y sobre la del director deportivo, que abogaban por destituir al entrenador que ha colocado al Valencia a cuatro puntos del descenso. Desde ambos estamentos se apuntaba a que, de manera interina, fuera Voro González quién se sentará en el banquillo del Coliseum. El presidente, tal como ha expresado públicamente y mantiene en privado, sigue confiando en el entrenador serbio pero, una derrota ante el equipo de García Plaza podría poner fin a la etapa de Djukic en el Valencia. ¿Pero, quién elegiría al nuevo entrenador?, ¿existe un perfil definido? Ahí radica el problema.

La confianza que Salvo tiene en Djukic, con quién ha congeniado y sí se cree, no la tiene en el director deportivo Braulio Vázquez. De ahí la contrariedad de que fuera este ejecutivo, que en las últimas fechas exhibe su desánimo, quién decidiera al nuevo entrenador. Por este motivo, una de las opciones que se barajan en las últimas horas, es que Braulio Vazquez deje de ser director deportivo y pase a ser uno más en la secretaria técnica „de esta forma no se le tendría que abonar ningún tipo de finiquito, aunque su nómina no sería acorde al puesto que ocuparía„. En este caso, podría ser Francisco J. Rufete, de la máxima confianza de Salvo, quien ascendiera a director deportivo y sobre él recayera la responsabilidad de elegir al técnico. ¿Está preparado el exjugador para este cargo?, ¿qué pasaría en este caso con el ambicioso proyecto de la Academia? Ayer, desde el club, justificaban que la decisión de prescindir de Djukic no se había tomado, por una parte, por la confianza de Salvo en Djukic y por el hecho de estar a trece horas de viaje de Valencia, y por otra, por tratarse de una «solución muy compleja».

Económicamente, la salida del serbio también sería un duro revés para la economía del club ya que a Djukic se le tendría que abonar unos 2,2 millones de euros. El técnico, que es quién paga a sus colaboradores, firmó hasta junio de 2015. El despido, es obvio, implicaría la contratación de un nuevo cuerpo técnico y el consiguiente desembolso.

Ayer, antes del entrenamiento matinal, Djukic y Braulio se reunieron en el despacho del primero en el edificio principal de la Ciudad Deportiva. Un encuentro de poco más de media hora „entraron sobre las 9,45 y salieron allá las 10,20 horas„. De la cita, entre los dos máximos responsables de la parcela deportiva, poco trascendió. Y es que, la desconfianza entre ambos es evidente. Al técnico no le gusta que Braulio se entrometa en su parcela y que le contradiga en sus conversaciones privadas con los jugadores; y a Braulio le desconcierta la forma de actuar de un técnico que, en su etapa en el Valencia en poco se parece al que sorprendió en Valladolid. Djukic, además, ya sabe que Braulio es partidario de su destitución desde el partido contra el Betis y eso ha deteriorado aún más su relación. Ahora, fría y estrictamente profesional. Curiosamente, los dos coinciden en creer que su tiempo en el Valencia está a punto de finalizar.

Así, tras la reunión, mientras el técnico dirigía la sesión de entrenamiento, el director deportivo se encerraba en su despacho hasta las 13,15 que abandonaba „con gesto contrariado„ la Ciudad Deportiva. Durante el entrenamiento, que se desarrolló en uno de los campos abiertos al público, se evidenció el ambiente de tensión entre el cuerpo técnico y los jugadores.

Cinco aficionados, enfados con la situación del equipo, mostraron una pequeña pancarta en la que recriminaban a Braulio su gestión „ Braulio cabrón, no nos traigas a Pabón„ y, cuando los jugadores iban abandonando Paterna, los iban abucheando.